El inicio de una nueva era

Crecimiento

Por más que su recien descubierto poder lo emocionase había logrado una rutina y no podía desperdiciar eso, razón por la cual se dirigió a Takoba solo después de haber completado su rutina de ejercicios matutinos.

Estaba consciente del estado del lugar gracias a su búsqueda en redes, pero el verlo en persona era otra cosa, la basura alcanzaba alturas ridículas y está cubría gran parte del lugar, eso sin contar el olor.

-ok, no hay que echarse para atrás ahora- dijo tapándose la nariz y empezando con objetos medianos.

Poco a poco los objetos alcanzaban un peso similar al de aquel niño y con ello empezo de nuevo con las migrañas, sin embargo esta vez continuo superando ese límite solo para descansar.

Levantaba y apilaba objetos de un determinado peso y al llegar a su límite descansaba, y volia a repetir el ciclo como si se tratase de una rutina de ejercicios más.

El chico continuo con esto hasta que las migrañas se hicieron insoportables, y por más analgésicos que usará el dolor no parecía cesar, y antes de que se diera cuenta se había quedado dormido.

Para su suerte las ratas del lugar habían decidido que su almuerzo era más apetitoso que los dedos de su mano o sus orejas, por lo que despertó intacto de aquel "descanso".

Después de aquel descanso el chico se puso de pie y continuo un rato más, esta vez logrando más avances tanto en su control como en la cantidad de peso que podia manejar.

Más temprano que tarde medio cuenta que había una correlación entre peso y presicion que que lo desgastaba más rápido cuando más altos eran estos dos valores.

Por lo que al día siguiente se enfoco en excederse al máximo y más halla para acelerar su dominio sobre su poder, lo que ocasionó que este empezará a sangrar por la nariz solo para posteriormente caer inconsciente.

Desde ese fin de semana, el chico en cuestión no perdía una oportunidad para ir a aquel basurero parecido a una playa y en dos semanas lo que era un basurero con forma de playa se había transformado en una playa usada como basurero y en solo 3 semanas aquel lugar solo parecía una playa muy sucia.

Así transcurrieron sus días desde aquel descubrimiento que había cambiado su vida y más importante aún, le había permitido salvar la vida de otro.

...

-izuku, veo que por fin llegas, como van las cosas con el club- pregunto el padre del chico.

-¿Que club?- respondió el joven mientras se quitaba el uniforme de la preparatoria.

-asi que llevas tres semanas llegando tarde y no estás en ningún club, en un principio pensé que te habías unido a un club deportivo o algo parecido por todo el ejercicio que hacías pero tal parece que no es el caso- menciono el hombre.

Al escuchar al adulto hablar el chico entendió que la había regado en grande.

-sientate- dijo el hombre a lo que el chico obedeció -eres joven y tienes derecho a disfrutar de eso siempre y cuando cumplas con tus responsabilidades de la escuela, y se que ah sido difícil para ti después de lo que pasó- dijo el hombre dando un suspiro.

-solo dime qué no estás metido en alguna pandilla y estaré bien con eso, o mejor aún dime qué tienes novia y hasta te subiré la mesada- dijo el hombre con una sonrisa amarga en el rostro.

-bueno, técnicamente estoy haciendo servicio comunitario, estoy ayudando a limpiar una playa- respondió el chico mostrando fotos de sus avances.

-todo eso en 3 semanas, es un grupo de voluntarios bastante grande, es bueno saber que estás relacionandote con gente de tu edad, ¿Hay gente de tu edad allí verdad?- pregunto el adulto a lo que el chico asintió sin decir nada.

-ok, que no se diga más entonces, ve a comer que tú mamá preparo Katsudon y está muy bueno, y cuidado con bajar tus notas- señalo el adulto a lo que el chico finalmente pudo pararse para ir a comer.

...

Mientras padre eh hijo conversaban, en algún lugar del país un joven de 15 años tenía una interacción con su padre mucho menos amena.

De aquella interacción el adolescente se había llevado un ojo morado y un castigo por motivos aún por determinar.

El dolor en su rostro era molesto, pero era a su vez le era familiar y eso lo molestaba.

"Me duele, y no quiero que duela más nunca" pensó el adolescente mientras tomaba una hoja de afeitar y la dirigía hacia su muñecas deslizandola.

Sin embargo el líquido que salió tras este acto no fue el tan esperado rojo si no un color verde parecido a la gelatina.

Esta vista lo aterró, pero el susto fue mayor cuando se observo en el espejo y vio como su rostro se deshacía en una especie de gelatina verde.

-¡¡AH!!, ¡¡AHHHHHHH!!- grito el adolescente con todas sus fuerzas presa del pánico.

-¡Cierra la maldita boca!, ¡¿Quieres ser una molestia para los malditos vecinos también?!- grito el padre del adolescente desde la otra habitación.

Al escuchar el grito encolerizado de su padre el rostro del chico se reformó nuevamente.

Este detalle lo alivio sin embargo la curiosidad lo invadió y tras unos minutos de tratar en vano volvió a convertirse parcialmente en aquella gelatina verde.

-esto... Me preguntó si soy inmune a los golpes- dijo el adolescente para si mismo mientras lanzaba una patada contra la madera de su cama.

El golpe fue tan fuerte que hizo que retrocediera de.golpe chocando contra una pared.

-esto no parece servir para nada- susurro el chico solo para que una cruz colgada en la pared cayera directo hacia su cabeza.

El objeto debía de haberlo golpeado sin embargo el daño fue amortiguado por la forma gelatinosa del chico.

Al notar como el objeto no le hizo daño el chico sonrió, -esto me protege de los golpes, bien eso hubiese sido útil hace un par de horas- susurro el chico mientras tocaba su ojo con su mano solo para ver cómo esa parte de su rostro se volvió gelatina y se reformaba nuevamente solo que ahora sin aquel moretón.

-jajajajaja, ¡JAJAJAJA! Esto es bueno- se rió el chico solo para detenerse cuando sintió como golpeaban la pared de su habitación.

Fin del segundo capítulo, espero que lo hayan disfrutado, si es así comenten y recomienden para que esta historia llegue a más personas.