Please Stop [Shoyo Hinata]

Parte 3

Se fue a su instituto luego de haber firmado en todas las partes que el sujeto le dijo, quien de hecho antes de que Hinata se fuera, le dijo su nombre. 

"Puedes llamarme Adrik" dijo y se dieron la mano. 

El pequeño sabía que en lo que se estaba metiendo era muy peligroso y que sin duda su dignidad se destruiría en el proceso. Pero recordaba los lindos momentos que tenía con su mamá y hermana, verlas felices era lo único que necesitaba Hinata en este mundo. 

En el contrato tambien había una parte donde puso su número de celular por donde Adrik lo contactaría para avisarle cuándo sería la primera seción. Hinata, por más raro o asqueroso que sonase, esperaba que fuera pronto. 

Llegó a su instituto donde pasó toda la mañana y parte de la tarde ahí. Luego se fue a su casa, no sin antes parar donde la casa de su vecino a recoger a su linda hermana. 

—Muchas gracias, de verdad le debo muchisimo— agradeció Hinata con una sonrisa y se fué con su hermanita.

Llegó a su casa y acostó a su hermana para que durmiera, mientras él terminaba una tarea pendiente, aunque no la entendiera. Hasta que le llegó un mensaje de un número desconocido, de inmediato supo quien era. 

Shoyou, lamento la hora, pero desde ahora te comunicarás conmigo a travéz de este número
-xx-xx-xxx-

Está bien
-Shoyo-

Tu primera seción será este viernes ¿Okey? Te mandaré la ubicación un día antes, no es muy lejos de tu instituto, así que no será un problema. 
-Adrik-

Hinata sintió que su estómago se encogía y la procupación de cómo sería todo a partir de ahora le estaba carcomiendo el cerebro, era una angustia que no cesaba y tenía miedo de que tampoco cesara en los entrenamientos. Pero ya firmó el contrato, ya no hay vuelta atrás, necesitaba el dinero para que su familia no se desmoronara, no de nuevo, así que afirmó que estaría allí. 

Pasó gran parte de la noche sin poder dormir, sus pensamientos llenaban su habitación y esa noche su hermanita no vino a acompañarlo, así que se sintió aun peor. 

A la mañana siguiente a penas pudo despertarse y levantarse para ducharse e ir a hacer el desayudo, realmente sólo durmió tres horas, así que estaba muy cansado, con los párpados que le pesaban bastante por la falta de sueño. Aun así siguió con su rutina de siempre. 

Llegó a su instituto ya un poco atrasado, con molestia porque sabía que como él llegó tarde, Kageyama le ganó la carrera matutina, seguramente le restregaría eso hasta que él se iguale al azabache. 

Pasó clases a duras penas, lo peor es que cada profesor le recalcaba eso, que se veía muy cansado y que debería mojarse la cara para seguir con la clase. En el receso, sus compañeros le preguntaron que qué le pasaba, él sólo les respondía que estaba desvelado por las tareas que olvidó. Siguió el día, hasta el momento del entrenamiento.

Kageyama le estaba molestando, como siempre y le dijo que se veía hecho mierda, amenazandolo con que si no se ponía bien para el siguiente entrenamiento, no colocaría para él durante una semana. Hinata se espantó por tal castigo, así que se la pasó gritándole y expliando que sólo fue esta vez. Eso esperaba. 

Pero ahí no acabó todo, era notable que Hinata estaba más pensativo de lo normal, estaba menos gritón de lo normal, eso ya extrañó hasta a los entrenadores. Igual no le dijeron nada porque creían que no era algo de extrañar si se desvelaba por tareas, además de que no cometió muchos errores en el entrenamiento, seguía igual que siempre físicamente.

Todo terminó normal, pasando por alto, sólo por esta vez, la actitud rara de su carnada definitiva. Pero al día siguiente y al siguiente del siguiente, ya era algo anormal y sin duda ya no lo pudieron ignorar. 

Faltaba sólo un día para la primera seción y los nervios de Hinata no bajaron en absoluto, de hecho incrementaron, por lo cual sus errores en los entrenaimentos ahora eran un poco más constantes. Tanto el profesor como el entrenador Ukai, acordaron que debían hablar con él. 

—Hinata— lo llamaron para que se acercara —¿Por qué estas tan cansado ultimamente?— preguntó primero el profesro. 

—Uh, e-es que estuve con muchos trabajos académicos ultimamente— se excusó. 

—Debes aprender a organizarte bien, no puedes dejar todo para último momento, ¿Qué es lo que te toma tanto rato?— Habló ahora el entrenador Ukai. 

—Es que yo vivo en el pueblo que está aquí al lado, así que el camino a casa me toma bastante luego de los entrenamientos— confesó y era verdad, aunque no le esté diciendo que ha estado en una angutia constante por culpa de un trabajo que segúramente va a arruinarlo aun más. 

—Si estás con tanto trabajo, te puedes ir antes de finalizar los entrenamientos, ya que tú eres el único que está tan cansado, no te sobre exígas demasiado, no debes dejar de lado todo sólo por el club— reprendió el profesor a Hinata —Luego no quiero que tus profesores me estén llamando a mí, para decirme que bajaste aun más tu rendimiento académico— terminó. 

—N-No pasará, lo juro, muchas gracias, perdón por las molestias— hizo una reverencia y siguió entrenando. 

Finalmente se fue a su casa un poco antes, como había dicho su profesor y pudo comenzar antes sus trabajos, no eran muchos esta vez, por suerte. 

Finalmente cuando terminó, le llegó la ubicación del lugar. No era muy lejos de su instituto, pero la hora a la que le citó era justo la hora en la que ya estaba de camino a su casa, si el horario de ese trabajo sería siempre así, no sabía qué haría con su hermana. 

Pero no tuvo de otra más que aceptar, tendría que pedirle nuevamente a su vecino que cuidara de ella una noche entera. Ojalá su vecino no tenga problema con hacerlo una vez más.

A la mañana de su primer día en ese trabajo, ya estaba muy ansioso, esperaba que su hermana no lo notara, quien de hecho estaba muy somnolienta como para notarlo. Fue donde su vecino y tocó la puerta. 

—Disculpe, pero ¿Podría cuidar de mi hermana como la anterior vez?— dijo dando una reverencia luego de entregarle a su hermana. 

—Oh, si, sin problema. ¿Nuevamente tienes un campamento de entrenamiento?— preguntó el señor curioso. 

—No, no, es que se acercan los exámenes y debo ir a estudiar con un amigo— mintió sonriendo.

—Oh, entonces te deseo suerte joven Hinata— sonrió el anciano y se despidieron. 

Hinata tuvo un nudo en el estómago todo el día, hasta el punto en que no quiso comer su almuerzo porque no pudo, sentía que en cualquier momento vomitaría de los nervios. 

En el entrenamiento le fue peor y tenía miedo de que sus entrenadores se enfadaran tanto que ya no le permitieran ir a los entrenamientos, eran capaces de hacer eso. Pero a quien más temor le tenía era a Kageyama, quien justo se le estaba acercando, con una cara horrible, como siempre.

—Oe, Hinata— le llamó. "Mierda" pesó el pequeño inmovil en su lugar.

Yei, me gusta, espero que a ustedes igual bdbdbd. Sigan leyendo y apoyandoo <3
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