Adrik no mentía, sí le dio más trabajo. Apenas terminó ese día, ya al siguiente le escribió avisando que tanto miércoles como viernes debería ir a trabajar. Eran muchos días. Muy seguidos.
Era lunes... No quería levantarse de su cama, no podía mover su cuerpo. Sabía que estaba tarde al instituto. Sabía que perdería contra Kageyama en la carrera matutina de cada mañana. Sin embargo no lo importaba mucho en ese momento. Ni siquiera sabía si podría entrenar, quería hacerlo, claro que quería, pero esta vez todo se sentía mucho más difícil de lo normal.
Su mente no paraba de dar vueltas y sentía nauseas. No se sentía para nada bien. Su hermana entró de golpe a su habitación, bulliciosa como siempre.
—¡Hermanito, estás tarde!— se tiró encima de él, sin darse cuenta de que el cuerpo de su hermano estaba muy debil como para siquiera aguantar el peso tan ligero de su pequeño cuerpo.
—Agh ¡Natsu quitate!— gritó. Tan pequeña acción le trajo malos recuerdos... De los sujetos y de Adrik, encima suyo... No quería reaccionar así, pero no tuvo tiempo de pensar en sus acciones.
—...L-lo siento... ¿Estás bien?— preguntó inocentemente. No era normal que su hermano reaccionara de esa manera, nunca lo había hecho, en especial no contra ella.
—...Vete de mi cuerto y alistate para irnos— fue todo lo que dijo, comenzando a levantarse de su cama, evirando mirar a su hermana.
—Está bien...— habló con tristeza. No le gustaba cómo le estaba hablando, no supo cómo reaccionar, pues algo como esto jamás había ocurrido antes, se limitó a irse y hacer caso.
Se arrepentía de tratarla así, no quería tratarla de ese modo, sabía que estaba mal, sabía que estaba descargando su rabia y cansancio en ella, sabía que no estaba bien, pero ¿Qué más podía hacer?
Era sólo un chico de 16 años, que estaba pasando lo peor que cualquier adolescente podía pasar. Todo estaba siendo demasiado. Todo lo estaba sobrepasando, no sabía cómo podía soportarlo hasta ahora.
Intentó dejar de pensar, intentos que desde hace semanas ya no funcionaban.
Nunca hubo un silencio tan incómodo entre él y su hermana, jamás había silencio, siempre era rellenado por uno u otro. Esto era distinto. Ninguno quería decir nada, uno no sabía cómo disculparse y la pequeña sentía que debía estar callada, pues ya lo había molestado en la mañana.
La dejó sin despedirse, sólo saludando al viejo y su pequeña. Luego se fue.
Como pensó, llegó tarde, aunque los profesores no se hicieron mucho problema, porque nunca llegaba tarde, de hecho se les hizo raro que eso ocurriera. Dejaron pasar su tardanza por esta vez.
Estaba pasando clases, o por lo menos lo intentaba, porque su mente iba y venía a cada momento. Todo llegaba al mismo recuerdo, su cuerpo seguía sintiendo las manos ajenas recorrer su cuerpo sin pudor alguno. Los sonidos de los cuerpos chocando, el sudor empapando su cuerpo y los sonidos de "placer" repitiendose contínuamente.
Dios, todo era un asco, todo le daba nauseas, era horrible. Haberse acostado con Adrik, le había asqueado más que los otros sujetos ¿Por qué?
¿Talvez era porque esta vez no habían cámaras? ¿Talvez por que se había comprometido más de lo pensado? ¿Talvez...?—Señor Hinata ¿Se encuentra bien?— preguntó su maestra de historia.
Al levantar su mirada, sintió su cara empapada, intentó limpiarse rápidamente su rostro, pero no podía parar de llorar. Su cuarderno estaba bastante húmedo por culpa de ellas.
—Si-si, no se preocupe— evitó su mirada preocupada.
—Puede ir a refrescarse, si desea— permitió la mujer.
—G-gracias— se levantó y fue caminando a la salida del aula, sin embargo su cuerpo falló en ese instante, cayendo de bruces al suelo, perdiendo la consciencia en frente de todos.
. . .
Su cabeza lo estaba matando, lo sentía palpitar fuertemente.
Abrió sus ojos lentamente, viendo su alrededor, analizando dónde se encontraba. Estaba en la enfermería. No recordaba haberse desmayado en ningún momento.
Intentó levantarse, pero su cabeza estaba estallando de dolor, su cuerpo sudaba frio, sus pies le hormigueaban y no podía parar de temblar. Estaba muy agitado. ¿Qué le estaba pasando?
El enfermero se acercó al percatarse del despertar del pequeño.
—No te esfuerces mucho, te daré una pastilla que calmará tu dolor y te aconsejo que sigas descansando por unos minutos más— sonrió. Pasó la pastilla y acomodó mejor las almohadas a su alrededor.
—¿Qué pasó?— preguntó luego de un rato.
—Te desmayaste en medio de tu clase, por lo que pude ver es a causa de estrés, estás expuesto a un estrés muy fuerte y tu cuerpo te está diciendo que pares, básicamente ¿Qué te tiene tan mal?— preguntó, intentando entender cómo un chico tan joven, podía estar expuesto a tal estrés como para llegar a estar en ese punto.
—...Todo está muy mal— fue todo lo que pudo confesar.
—Las cosas pasarán, ya verás, todo siempre mejora cuando eres una buena persona— volvió a sonreír —Los Dioses siempre premian a las buenas personas—.
Odiaba que dijeran eso, porque significaba que su mamá no era una buena persona, ni siquiera Natsu, pero ellas eran buenas personas, claro que lo eran. Esa frase era una completa mierda.
El enfermero vio que quería descansar así que lo dejó.
No quería estar allí solo y en silencio, ya tenía suficiente de eso en la noche, como para tratar con eso en ese lugar también.
—Unos amigos vienen a ver cómo estás, pero sólo tienen unos minutos ¿Vale?— dio paso para que las personas que estaban afuera entraran a ver a Hinata.
—¡Hinata!— gritaron dos y entraron cuatro chicos. Ellos eran Kageyama, Yamaguchi, Tanaka y Nishinoya. Todos -expecto el primero- se veían preocupados —¿Qué te pasó?— preguntó el más pequeño.
—No me estuve cuidando m-mucho ultimamente y m-mi cuerpo me lo reclamó, haha— sonrió para ellos. Estaba tiritando.
—Hinata, debes cuidar de tí mismo, sino ¿Cómo vamos a pasar a las nacionales?— reclamó Tanaka y fue apoyado por Yamaguchi.
—Lo siento, lo siento— rió, con lo poco que tenía —Prometo cuidarme mejor de ahora en adelante—.
—Bueno. Ukai dice que te vayas a casa, que no te permitirá entrar a la cancha a no ser que le demuestres que estarás bien— habló nuevamnete Tanaka.
Las cosas sólo empeoraban para él. "Mierda"
—Te aconsejo que te vayas, tú sabes cuánto miedo da el profesor Takeda si no le hces caso, mejor si evitas eso— comentó Nishinoya.
—Además, te hará mejor el irte a descansar, talvez comer algo y dormir— opinó Yamaguchi, con su voz un poco autoritaria.
Siguieron hablando por unos momentos, sin que se hayan dado cuenta de que Hinata no rechistó cuando le dijeron que no iba a ir a entrenar. No se dieron cuenta.
El enfermero le dio unas vitaminas y le dijo que se fuera a casa. Eso hizo.
Estaba bien solo, pero al mismo tiempo no quería estarlo. Quería compañía, pero ¿De quién? No tenía a nadie. Su hermana no contaba, aun era muy pequeña. Su mamá no debía verlo de esa manera, no le ayudaría en nada. Sus amigos no podían saber por lo que pasaba... Estaba solo.
Queeee les parece? Está bien?? Bwbfnsbdnbdd opinen pliiisss
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Please Stop [Shoyo Hinata]
FanficHinata haría cualquier cosa por su familia, literalmente cualquier cosa. Despues de todo, es el hermano mayor y es su deber mantener bien a su familia ¿Verdad? Disfruten esta terible y trágica historia, basada en hacer sufrir a el fandom de haikyuu...