Capítulo final

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Capítulo Final


Estiré mi cuerpo entero durante algunos segundos, como si fuese un gato, y al terminar solté un sonido gustoso al relajarme. Eran las diez de la noche, y sentía mis párpados comenzar a pesar, así que apagué la luz de la habitación antes de entrar en la cama y envolverme en las sábanas, gustosa por sentir su calidez en medio de una noche fría.

Cuando coloqué mi cabeza en la almohada, se escuchaba solo el viento golpear contra las paredes. Era un vecindario tranquilo, no tan lejano de la ciudad, pero lo suficiente para que el ruido y las masas no perturbaran la paz a ninguna hora del día.

Si me hubiesen preguntado, hubiese dicho que un sitio así era mi lugar ideal, y no podía sentirme más feliz de vivir allí. También, si me hubiesen cuestionado, jamás habría creído que Toji Zen'In era propietario de una casa como esa, no porque no hubiese tenido el dinero para comprarla en muchas ocasiones, sino porque parecía demasiado tradicional y pacífica para pertenecer a un hombre así.

Ahora sabía que Toji era tan terrible como los rumores decían, y a la vez muy distinto a lo que se podría creer de él.

Un par de años atrás, después de despedirme por completo de mi antigua vida, me había dicho que el lugar era mío, que podía hacer lo que quisiera. Decidí cuidarlo como si se tratase del hogar con el que siempre soñé, y aproveché para descubrir el mundo que siempre se me había prohibido.

Toji no venía mucho ni poco, simplemente aparecía algún día, sin avisar, y sin dejar que supiese demasiado sobre lo que hacía, lo que sentía o lo que pensaba. Todo lo que había aprendido de él, lo había hecho observándolo, advirtiendo el tono de su mirada o admirando la forma acompasada en que su pecho subía y bajaba cuando estaba dormido.

Tenía la teoría de que solo se dejaba vencer por el sueño cuando estaba aquí.

Si lo pensaba así, quizá Toji Zen'In había comprado esa casa porque también anhelaba tener un hogar.


*


Hacía calor.

Hacía mucho calor.

Mis ojos se abrieron y cerraron con rapidez un par de veces, pero tardé unos segundos más en recobrar el sentido.

Mi cuerpo vibraba, y fue un sonido naciendo de mis propios labios lo que logró que saliera de mi estado de semi inconsciencia.

Una sensación húmeda en mi cuello me obligó a llevar mi mano para toparme con la textura de un cabello que conocía bien.

―¿Te desperté, preciosa? Lo siento. ―Escuché su voz susurrando en mi oído.

Quise responder, pero un gemido escapó de mi garganta al sentir sus dedos penetrar mi vagina, que estaba completamente húmeda. Gustoso, los sacó y los volvió a introducir con más fuerza, sin descuidar la piel de mi rostro, que se dedicó a besar hasta llegar a mis labios, los cuales también invadió en un contacto demandante.

No podía oponerme.

Mi cuerpo se había vuelto su esclavo y reaccionaba justo como él deseaba.

―¿Se supone que tratabas de no despertarme? ―reclamé sintiendo mi rostro arder―. Al menos podrías esperar hasta mañana ―comenté intentando no gemir por sus dedos que se removían traviesos en mi interior.

―Es tu culpa ―dijo con nuestros labios restregándose, y se separó para observarme a los ojos―. Te veías deliciosa con solo esa bata y no pude evitar arrancártela. ―Me besó con suavidad antes de seguir hablando―. He estado extrañándote por mucho tiempo.

Muñeca rota [ Toji Fushiguro y tú | +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora