Capítulo 6

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Tadashi estaba completamente exhausto. Lo que había hecho con Adam, y luego con Cherry, hubiese dejado agotado a cualquier persona. Lentamente se sentó en el asiento del auto, para luego tirar su cuerpo hacía atrás, recostándose un instante para tomar un respiro. Le había fallado a su señor, por un poco de placer. Y lo peor era que Kaoru había hecho un desastre con él, y no se lo podía quitar de la cabeza. Puso en duda todo su mundo, ya que uno era gentil, y el otro era un tirano. ¿Acaso tuvo que tragarse su orgullo y pedir ayuda? ¡No! ¡¿en qué estaba pensando?! Incluso sí se sintió bien por un instante, no podía traicionar así al hombre con el que trabajó durante toda su vida, sin importar lo cruel que haya sido con él; la culpa era inminente, causando que se muerda sus labios con fuerza y agache la cabeza. Sólo quedaba esperar, mientras una sensación horrible crecía en su interior. Ese mal presentimiento empezaba a later. ¿Acaso iba a pasarle algo?

Tadashi cabeceaba en el asiento del auto, sintiendo demasiado cansancio. Ya no se concentraba en el juguete, no podía hacerlo. Sólo quería dormir, descansar, cerrar sus ojos y soñar que estaba en un lugar mejor. Tal vez... Imaginar estar de nuevo en los brazos de aquél amable skater y... Subió rápidamente su mirada al escuchar unos golpecitos en la ventanilla. Rápidamente bajó del auto, sólo para encontrarse con Ainosuke. No tardó en moverse hacía él, sosteniendo el skate aue le entregaba, y acomodando este perfectamente en el auto, para luego apurarse en ir al asiento del conductor. Pero fue detenido por su señor, el cuál le sostuvo del hombro.

— Hey, ¿Por qué te apuras tanto? Relájate un poco.

Dijo este, sacando la cajetilla de cigarrillos de su traje, tomando uno de estos para encenderlo. Sin embargo, colocó este cigarrillo contra los labios de su secretario, para luego tomar otro con sus dedos e inclinarse hacía él, buscando encender su propio cigarrillo. Tadashi no fumaba, nunca lo haría, siempre rechazaba el fumar, pero en esta ocasión se mantuvo quieto, aceptando el cigarrillo y sosteniendo este con sus dedos. Trató de fumar cómo su señor, pero era realmente difícil para él. Terminó tosiendo, mientras le negaba la mirada al otro. No podía verle a la cara, no luego de lo que hizo.

— ¿Qué celebramos, Ainosuke-sama..? Esto es inusual.

— Hmn. ¿Qué será? No es celebración, esta vez. Andar en skate no me ayudó a sentirme relajado, incluso sí gané la carrera.

El peliazul juntó el humo del cigarrillo, y dejó salir este en un suspiro, todo contra el rostro de Tadashi. Este tosió nuevamente, pero siguió con su silencio, fumando para acompañar al político, incluso si no era de su agrado. El silencio entre ambos fue inminente, y Tadashi ya temía lo peor. ¿Qué pudo pasar para que esté así? No podía descifrar lo que el otro pensaba, y miles de ideas se paseaban en su mente. Demasiados escenarios, cada uno peor que el anterior. ¿Iba a pasarle algo?

Cuándo Adam decidió romper el silencio, todo pareció irse al mismísimo diablo.

— ¿Crees que este lugar sería perfecto para follar?

Soltó sin más, ladeando su rostro. No podía ver sus ojos, pero sentía aquella mirada penetrante atravesar su alma. Su corazón empezó a latir con fuerza, mientras su mano temblaba. Trató de disimular mientras usaba el cigarrillo cómo alguna excusa, tratando de evitar el contacto visual a toda costa. ¿Le hacía esa pregunta por algo en particular? Tal vez... ¡Oh, no! ¡¿Acaso él sabía lo que pasó?!

— Bueno, hay personas que, de seguro, lo harían por estos lados. Aunque me parece un poco indecente.

Respondió con tranquilidad, tratando de no dejar su nerviosismo a la vista. Tal vez él no sabía nada, y sólo se hacía una idea equivocada producto del miedo. Sí, eso podía ser.

— Sí, hay mucha gente desubicada por aquí. Si no pueden aguantar la necesidad ni la calentura, entonces deberían hacer sus cosas en el baño, por lo menos. Para respetar a los demás skaters.

No lo niegues.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora