Destino Entrelazado [+18]

Capítulo 2

—¡Qué seré qué! —Taylor me mira con una mascarilla de aguacate, mientras se tapa la boca. 

—Eres la nueva directora de Marketing y Publicidad en StormForce Racing. —repito y ella me abraza gritando. 

—¡No te lo creo! 

—¡Yo tampoco! —abrazadas brincamos, mientras nos reímos. —No se que haremos.

—Eso lo veremos después, por ahora. —se lleva las manos a la cabeza. —Por dios, sabía qué este día iba a llegar algún día y ahora que llego no sé qué hacer. —me dice. —¿Qué me llevaré? ¿Haré un buen trabajo?— va a su habitación y yo la sigo. 

—Tendrás todo lo que necesites allá, aparte de tu propio departamento en París, Francia. 

—Te amo, tanto mujer. —sonríe, dejándo un beso en mi mejilla.

—Me tengo que ir con Max para darle la noticia, empaca tus cosas, qué nuestro vuelo sale en cuatro horas. —regreso ala recepción del departamento y me espera Charles.

—Listo, señorita Fox.—mi nuevo asistente.

Así es que tengo un asistente, para mí sola. 

Llegó hoy en la madrugada y me hizo hacer lo que más odio, despertarme temprano. 

—Listo, Charles. 

—Perfecto, siguiente parada. —le doy la dirección de la casa de Max y me abre la puerta del gran carro de lujo que está frente a mis ojos. 

Me subo y él me entrega mi agenda. 

—Su agenda ya está programada para su llegada a Francia. —me entrega una biblia por dios es demasiado. —El señor Leonardo, pido que su primer día en Francia lo disfrute, luego se le darán indicaciones de sus labores como directora.

Y esta agenda me llevará todo la vida.

—De acuerdo. —digo nerviosa. —¿Conoces algo de carros, cómo funciona esto? —lo miro y él niega. 

—No. —contesta con sinceridad —Pero haré que se le consigan todos los libros necesarios antes del viernes. 

—Gracias, Charles. —él asiente. 

Llegamos a casa de Max, subo a su departamento y toco la puerta mientras espero impaciente. 

Unos cuantos minutos más tarde me abre, aún con los ojos cerrados. 

—Cellice. —abre los ojos de golpe y me mira. —Es tarde, por dios. —me rio. 

—Se nos hace tarde, pero no para la cafetería. —digo entrado a su departamento. 

—¿Qué? —suelta confundido. 

—Sí, se nos hace tarde para nuestro nuevo trabajo. —contengo mi emoción y saco de mi bolso un sobre como el que le di Lulú con su boleto de avión a Francia. 

Se lo doy y él me mira para abrirlo y sacar el boleto de avión. 

—Eres el nuevo ingeniero de logística en StromForce Racing. —sonrió y él me mira aún confundido.