Me pregunto cómo habría sido si no nos hubiéramos rendido; teníamos tantos proyectos y ahora, sin más "te amo" en nuestros oídos, recuerdo que ya no hay un nosotros.
Ahora solo somos estrellas lejanas de galaxias distantes, que en mi dolor de extrañarte, empiezo a dudar que fuéramos una.
Y a pesar de todo, siempre quiero ser tu luna, la que ilumine tus noches oscuras. Siempre quiero que seas mi sol, el que ilumina mis días con todo su esplendor.
Y aún, en lo imposible de la distancia, no pierdo la esperanza de que nuestras galaxias nuevamente se unan.
Ya no puedo más con la angustia, en mi garganta se anuda el silencio y en mis ojos desbordan lágrimas llenas de sentimiento, al saber que un nosotros nunca existió.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
