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OLIVIA' S POV.

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Mi primera fiesta había sido algo muy loco.

Si pudiera decirle a Olivia de esta misma tarde, le diría que se pusiera sus calcetines de la suerte porque había sido muy loco toda esta noche.

Para recapitular, las amigas de Amelia no me habían caído del todo bien, se veían un tanto muy mamonas y así. Yo era más Chaviza, más racita loca, pero no eran malas personas. Me había besado nuevamente con Santiago que ay, Diosito, ¡¡SEÑOR BESO!!, solo el sabía perfectamente cómo besarme. Y después estaba Félix, se había abierto ante mi, me había contado un poco de la historia de su vida, de todo por lo que había pasado.

Obviamente no iba a dejarle de hablar por el asunto de su padre, lo conocía y sabía que él no era una persona mala, había sido criado por su tía y su mamá y estaba segura de que era una persona de valores.

Estábamos en el aeropuerto, con tía Ama, Santiago, los gemelos y Amelia, hoy llegaban mis papás de Málaga, junto con tía Ari, tío Juan y Ariana.

Si, estaba emocionada por ver a mis papás de nuevo, pero estaba aún más emocionada porque mamá traía mi playera de pío firmada por Mar Serracanta.

Aunque no lo admitiría extrañaba mucho a mis papás, era la primera vez que me despegaba de ellos, nunca había durado más de un día sin ver a mis papás.

Tristemente el equipo de mamá no había ganado, tampoco el de tío Juan, pero si había ganado Aniquiladoras, aunque tío Juan no dirigía ese equipo, aún así el logro iba dentro de la familia de Aniquiladores.

Amelia, los gemelos y yo llevábamos nuestras playeras de Pio, mientras tía Ama y Santiago llevaban la de Aniquiladores.

Su avión no tardaría mucho en llegar, al parecer el vuelo no tenía retraso.

Oscar jugaba con su switch y Alison dibujaba algo en su iPad, mientras tía Ama le tejía una trenza en el cabello.

Amelia estaba sentada al lado mío y al lado de ella estaba Santiago. Desde el día de la fiesta no nos habíamos dirigido la palabra. No sabía si era por la incomodidad del beso o la pelea que tuvimos sobre Félix.

—¿Cuánto falta? – preguntó Alison, ansiosa.

—Aún falta tiempo, Hija. – dijo Tía Ama, terminando de hacerle su peinado.

—Pero tú nos dijiste que terminando nos llevarías a pasear. – Se quejó la niña.

—Y lo haremos, pero tenemos que esperar. – Contestó su madre.

La menor debió al desespero, se levantó de su lugar al lado de su mamá, para sentarse al lado de Santiago y mostrarle el dibujo que estaba haciendo en su iPad.

Estuvimos unos 30 minutos más en la sala de espera, cuando a lo lejos reconocí la altura de mi papá, que venía arrastrando su maleta y la de mamá, que venía caminando al lado de él.

En cuanto los pude visualizar, mi sonrisa se ensanchó y me levanté rápidamente de mi asiento y comencé a correr hacia ellos.

Entre la gente ellos también me pudieron ver y papá abrió los brazos para recibirme.

Corrí hacia el, y al momento que entré en contacto con el, me abrazó fuertemente, le comencé a dar muchos besos en la mejilla, mientras el me levantaba del suelo y daba vueltas conmigo entre sus brazos.

—Los extrañé tanto. – Dije con la cara enterrada en su cuello.

—También te extrañamos mucho, Ranita. – Dijo ahora el dándome besos en la frente y la mejilla.

Amor imposible [Pt.2 Atracción Imposible]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora