𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟒; 𝕰𝖑 𝕺𝖗𝖆́𝖈𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖊 𝕯𝖊𝖑𝖋𝖔𝖘

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Capítulo 4; El Oráculo de Delfos

Cuando me desperté no sabía qué hacer, Emma me ayudó a esconder las ojeras, normalmente no me importaría que se notasen, pero aquellas eran preocupantes, se notaba que no había dormido nada bien, y de vez en cuando no estaba mal esconder esos mome...

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Cuando me desperté no sabía qué hacer, Emma me ayudó a esconder las ojeras, normalmente no me importaría que se notasen, pero aquellas eran preocupantes, se notaba que no había dormido nada bien, y de vez en cuando no estaba mal esconder esos momentos.

Necesitaba desahogarme, por lo que recurrí a Thalia, se había vuelto una muy buena amiga, la única cercana mujer realmente, que tenía y sabía que podía contarle aquello, después del desayuno salimos hacia el bosque, buscando privacidad.

—Necesito que todo lo que te cuente no salga de aquí —le dije, apoyándome contra los árboles, mientras no dejara mugre a las ninfas, les daba igual. —Y escúchame, por favor —mi última frase sonó más como un pedido que como una charla normal, pero me dio igual.

Thalia asintió extrañada, apoyándose, pero sin sentarse, cerré los ojos e, intentando acordarme detalle por detalle, le conté el sueño sobre Alec.

No noté su cara hasta que terminé y volví a abrirlos, tenía los ojos abiertos, sorprendida, los puños apretados, seguramente pensando en Annabeth y movía su pie, inquieta.

—¿El techo le cayó encima? —preguntó.

Asentí con la misma gana con la que me había movido de la cama, ninguna.

—¿Crees que tiene algún significado? —

Encogió los hombros.

—No lo sé, después de lo que Zoë soñó...

La miré con el ceño fruncido.

—¿Qué soñó Zoë?

—Grover andaba espiando la cabaña de Artemisa, y me dijo que después escuchó a Zoë queriendo hablar con Quirón, como a las tres de la mañana, por lo que me dijo estaba muerta de pánico.

Sonreí apenas.

—Grover es un acosador 

—Un obsesionado con las cazadoras, querrás decir. El caso es que me contó que la siguió hacia la Casa Grande, se enfadó cuando Argos no lo dejó pasar y se puso bastante violenta la cosa. 

—¿Te dijo si escuchó algo?

—Pues sabes que Zoë tiene esa manera anticuada de hablar —asentí —Ella se enojó tanto que comenzó a hablar de esa forma y Grover dijo que no fue fácil de entenderla, pero había dicho que Artemisa estaba en peligro y necesitaba a las cazadoras, y luego empezó a insultar a Argos.

—¿La diosa Artemisa en aprietos? —pregunté, esa parte me costaba creerla, la diosa Artemisa era de las diosas más fuertes en el olimpo, independiente y la única diosa que lograba evitar la mayoría de las leyes antiguas, no podía creerme tan fácil que estaba en un aprieto, sería de la diosa que menos lo esperaría.

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