𝟙. 𝔼ℕℂ𝕌𝔼ℕ𝕋ℝ𝕆

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La era Heian (794-1192) estaba comenzando, así el clan Gojo era uno de los clanes más poderosos de aquella era dorada de la hechicería. No fue sino hasta el año 800 donde nacería aquel joven dotado de un poder inimaginable, aquel heredero de los "seis ojos". Un noble codiciado quien creció en un ambiente hostil que no sabía nada acerca del amor. Desde su nacimiento era sabido el destino de aquel niño, por ello su padre y madre dejaron su cuidado a otras personas dentro del clan, y así fue hasta que cumpliese la mayoría de edad, todo bajo una mirada fría y calculadora; él sabía perfectamente que su nacimiento era planificado en beneficio de su familia, una herramienta, un número que solo sería utilizado para su propio bien... Sin embargo, aquel desdichado joven solo era una leyenda entre los pueblos más cercanos; nadie había sido capaz de ver su rostro, pero fue apodado como el "muchacho de los ojos brillantes" entre quienes se presumían haberlo visto por unos minutos en el jardín del templo de la familia, quien era de por sí reservada y reacia al mundo exterior. 

—¡Satoru!— Fue lo que escucho entre sus sueños aquel muchacho de ojos brillantes que no pudo ver directamente el rostro de la persona que lo había dicho, una voz desconocida retumbó en su cabeza y despertó así con sus ojos llenos de lágrimas.  

—Otra vez tú, ¿Quién rayos eres para atreverte a aparecer en medio de mis sueños y dejarme con un sentimiento vacío cada vez que oigo tu voz?— Pensaba mientras sujetaba ligeramente su cabeza. Cada vez ese sueño era aún más recurrente, su corazón latía rápidamente, se sentía ahogado y no podía emitir ninguna palabra; pero aún así lo único que lograba recordar era una voz masculina exclamando su nombre y lagrimas corriendo por sus ojos al despertar.

—Joven amo, ¿se encuentra bien?. Lo escuchamos desde la habitación contigua, ¿otra vez tuvo esa pesadilla no es así?— Preguntaban sus sirvientes.

—No necesitan mostrar falsa modestia— Todas las mañanas eran igual, sabía que la preocupación de la gente en la mansión no era genuina y que solo se ocupaban de él por su posición. Debido a ello, más que sentirse bendecido se sentía maldito y roto. Nunca experimentó el cariño de sus padres, aquellos ni siquiera se comprometieron por amor ni lo dieron a luz porque así lo quisiesen, él lo sabía perfectamente. Fue separado de ellos a corta edad por lo que tampoco tenía recuerdos vividos sobre ambos, creció solo para ser la cabeza de la familia y una futura herramienta para el imperio y los altos mandos de la hechicería. Pese a que tenía completa libertad de hacer lo que quisiese dentro del territorio familiar de su clan, nunca había mostrado su rostro directamente con el pueblo. Aquellos que le servían tenían una estricta prohibición de mencionar algo sobre él en las afueras para su protección.

Durante años la hechicería formaría un arma secreta para el emperador, solo él y sus ministros tenían conocimiento de esta a diferencia del pueblo. Si algo ocurría, ellos acudirían a uno de los tres grandes clanes de la época: El clan Gojo, el clan Zenin o los Kamo.

—Hemos elegido las mejores telas para su traje, no olvide que el emperador vendrá esta tarde y utilice esta venda de seda sobre sus ojos— Dijo la sirvienta. Un traje azul como aquellos ojos, era la elección adecuada. En la mansión siempre se ha hablado de la belleza que posee el joven, sus ojos brillantes y azul como el cielo son lo que sin duda más destaca; con un rostro frío e inexpresivo, una mirada que se esconde tras un vendaje (esto debido a que podría agotarlo por exceso de poder en ellos). Durante años se presumía que nadie había sido capaz de verlo sonreír. 

—Ha pasado un tiempo desde la última vez, joven Gojo. Desearía que me visitaras aunque fuese una vez en el palacio, después de todo estos ojos me pertenecen...— Dijo el emperador mientras tomaba la venda de los ojos de Satoru.

—Cuidado con sus palabras. No sería bien visto si la gente del pueblo supiese la clase de propuestas que hace el emperador con un súbdito como yo, ¿no lo cree así?— Dijo Satoru con voz firme. 

UN TIEMPO LLAMADO AMOR | SATOSUGUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora