𝟜. 𝕄𝔼ℕ𝕊𝔸𝕁𝔼

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Prométeme que nos volveremos a ver... ¡Satoru!— Escuchó aquel peliblanco en sus sueños mientras despertaba con lágrimas en sus ojos. —Volvieron esos extraños sueños, y ni siquiera soy capaz de ver tu rostro— Pensaba mientras secaba sus lágrimas. Hace un tiempo había dejado de tenerlos, pero últimamente aquellos sueños y pesadillas regresaron.

—¿Joven amo puedo pasar?— Dijo un sirviente tocando la puerta.

—Adelante—

—¿Señor está bien? Su cara está pálida— 

—Desperté con una extraña sensación, pero estoy bien. No necesito de su falsa modestia, retírate y avisen que quizás no desayune hoy—

—Está bien, pero ¿no quiere ver a un médico? Hace poco llegaron los instrumentos médicos del joven Suguru, quizás debería avisarle y—

—No es necesario, me vestiré e iré a tomar aire fresco—

Los sirvientes de la mansión sabían que incluso antes de la llegada de Suguru el joven amo no lograba conciliar el sueño ni dormir plácidamente. Algunos días podía dormir unas horas y en otros absolutamente nada; pero no querían irrumpir en su espacio ya que él no era de las personas que se abren fácilmente con las personas, así que no conocían la raíz de su angustia.

—Joven Suguru, el desayuno está listo— Dijo una sirvienta mientras tocaba la puerta en su habitación. Así el joven muchacho quien ya estaba en pie fue al comedor percatándose de la ausencia de Satoru.

—Disculpen, ¿y el amo?—

—Dijo que no desayunaría por hoy, seguro que tuvo pesadillas otra vez—

—¿Pesadillas?— Contesto.

—No se si debería comentar esto, pero a veces no puede dormir por las noches. Por eso usualmente está de mal humor, además nadie sabe cómo ni porque comenzaron—

—¿Desde hace cuanto sufre de ese problema?— Preguntó Suguru preocupado. 

—Es extraño, cuando era niño parecía no tener problemas. Pero hace aproximadamente 1 año comenzaron, incluso en ocasiones despierta sudoroso debido al miedo—

—¡Oye tú! Vuelve al trabajo. No estás trabajando aquí para estar chismeando—

—AH, s-sí señor, lo lamento— Contestó. —Lo siento, quizás no debí contarte esto—

—No se preocupe, regrese por favor— Respondió Suguru. —Él realmente... Pensé que después del ambiente de anoche no había querido verme a la cara, pero conociendo todo siento que volví a quedar como un tonto. Ya que mis cosas llegaron veré si puedo hacerle una visita médica— Pensaba mientras comía. Una vez terminado el desayuno fue directo a su habitación para preparar todo e ir directamente a la habitación de Satoru sin antes atar su cabello.

Mientras aquello ocurría Satoru quien estaba recostado en su habitación recibió una carta enviada directamente por el emperador.

—¿Una invitación de cumpleaños? Oh, el cumpleaños del emperador. Siempre rechazo sus invitaciones, pero es insistente— Dijo molesto. —Tiene un mensaje final...—

"Espero asistas, es la única condición para mantener a tu gente a salvo"

—Así que por fin decidió hacer algo diferente— Murmuró.

—¿Señor, puedo entrar?— Dijo Suguru desde fuera de la habitación.

—Pasa—Respondió mientras dejaba la carta a un lado.

—Me enteré de que no se sentía bien hoy, así que decidí comenzar mi labor como médico ahora mismo— Dijo Suguru entrando con una bandeja de comida en sus manos.

UN TIEMPO LLAMADO AMOR | SATOSUGUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora