El frío invierno estaba llegando a su fin, había pasado casi una semana desde que Suguru había llegado a la mansión del clan Gojo. Satoru hizo todo lo que estuvo en sus manos para darle una habitación apropiada y se aseguró que no se saltara sus comidas para que pudiese tener una pronta recuperación; pero durante los siete días que habían pasado apenas habían entablado una conversación.
—Al final quien terminó siendo cuidado por otros fui yo... Sé que está familia debe tener tareas con el emperador, pero aún así no he podido verlo. Me pregunto si estará bien— Pensaba Suguru mientras observaba hacía afuera sentado en el marco de su ventana.
—Joven Suguru, el joven amo vino a verlo— Dijo una de las sirvientes tocando su puerta.
—Probablemente nos veríamos en el almuerzo, me pregunto a que vino a verme a estas horas— Pensó Suguru.
Satoru entró en medio de la habitación vestido con un yukata en tonalidades verdes y cubierto por un vendaje de seda color crema.
—Traje a una persona para que tome tus medidas— Dijo entonces Satoru.
—¿Mis medidas?— Dijo Suguru.
—No pensarás estar con esas ropas durante todos estos días, ¿verdad?— Preguntó Satoru mientras se sentaba en una de las sillas de la habitación.
—P-Pero señor yo, esto es más que suficiente. Soy yo quien debería comenzar a prepararme para atenderlo y sin embargo, no he podido visitarlo...— Dijo Suguru.
—La imagen personal de quienes trabajan aquí también son el reflejo de mi familia, no lo olvides. Tus trajes ya están desgastados y manchados de sangre debido a la curación de tus heridas; necesitas algo nuevo— Respondió entonces Satoru.
—Supongo que tiene razón... Lamento las molestias—
—Hablé con el sastre y tus trajes estarán siendo enviados la próxima semana, pero necesitan saber tus medidas. Elegí las telas personalmente, lamento no habértelo consultado—
—No se moleste, estoy muy agradecido. Por cierto, ¿podría pedirle que me envíe mis herramientas de trabajo?— Preguntó Suguru.
—Si necesitas algo solo dilo. No nos hemos visto mucho últimamente debido a mis misiones, pero dejé en claro que al trabajar para mí debían atenderte bien— Respondió Satoru mientras se levantaba para pedirle al sastre que entrase.
Suguru comenzó a desvestirse sin percatarse de que Satoru seguía en la habitación; pero al hacer contacto visual ambos quedaron mirándose uno al otro. —S-Señor ¡Disculpe por no esperar a que saliera!— Dijo Suguru con una risa nerviosa mientras volvía a cubrirse con la parte superior del traje.
—N-No, y-yo s-saldré de la habitación mientras toman tus medidas— Dijo Satoru mientras salía de la habitación cubriendo su cara enrojecida. Hasta ahora no lo había notado, pero pudo notar como la cintura de Suguru se veía extremadamente marcada y delicada.
Si bien ambos no habían mantenido una conversación constante esos días, la realidad es que Satoru sí había estado observando a Suguru desde lejos. Se limitaba a verlo desde su habitación que estaba en una dirección paralela a la suya, cada mañana lo observó al llegar de sus misiones.
«Unos días atrás»
—¿Por qué lo trajo aquí mi señor?— Preguntaba uno de los sirvientes.
—Siento que lo he visto en algún lugar, si realmente nos conocimos en algún lado preferiría mantenerlo cerca—Dijo Satoru recordando como su infinito se desactivó cuando Suguru se abalanzó sobre él. Pero incluso más que ello, tenerlo cerca hizo que su cuerpo lo reconociese, aunque él no pareciera hacerlo. O quizás era una excusa ante un sentimiento que sin darse cuenta comenzaría a brotar en el tiempo.
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UN TIEMPO LLAMADO AMOR | SATOSUGU
General FictionUn noble de uno de los grandes clanes de la hechicería en la era heian salva a un hechicero de la muerte, pero ¿Qué tipo de conexión hay entre los dos y cómo afectará su futuro? Disclaimer: La obra es una obra con historia, tomando el universo de...