O6. Conociendo a la familia

71 7 1
                                    

—¿¡Qué le hiciste!? ¡¿Dónde está Jaehyun?! —El canino se aproximó, quedando a unos centímetros de Lee. —¡Atrás! ¡Voy a llamar a control animal! —El lobo bajó sus orejas, inclinó su cabeza y la acercó a Taeyong en señal de paz. —¿Crees que te voy a acariciar como si fueras un puto Pooddle? ¡Devuelve a Jeong!

Jaehyun negó en su interior. Su Alfa era tonto, pero lo amaba así. Tuvo que presionar suave su cuerpo sobre Taeyong para que este lo reconociera. Al tacto, el lobo del pelinegro reaccionó.

> Eres... eres tú. El feo y gordo, Jaehyun. —El mencionado arrugó su hocico y mostró sus colmillos. —Bueno, el hermoso y único, Jaehyun. ¿Feliz? —El lobo le acarició con la punta de su húmeda nariz. —Que extraño. No sabía que podías hacer eso. Tan lindo y tan raro, Jeong. Ahora me intrigas más.

El canino de manto gris lamió su mano. Luego se subió a la cama. Giró sobre su eje unas tres veces y se acostó. El pelinegro se le unió. Lo contempló sin poder creerlo. Creía que eso de los licántropos y las manadas eran cuentos de antaño, leyendas sin sentido. No obstante, estaba equivocado.

De repente, Jaehyun volvió a ser el mismo de siempre, solo que, al natural.

—¡No veas, Alfa! —Agarró un cojín para tapar su intimidad.

—¡Vístete! —Cubrió sus ojos con sus manos.

—¿Cuál es mi equipaje?

—No importa. Ponte de mi ropa si es necesario.

—Gracias.

—Vístete antes de que haga algo indebido.

El rubio agarró lo primero que encontró: una camisa roja de escote bajo y unos pantalones negros que se ajustaban demasiado a su cuerpo. La maleta seguramente era de su prometido.

—Abre los ojos. —Esperó a que el mayor obedeciera—¿te gusta?

—Diría que te ves horrible pero estaría mintiendo. Da una vuelta.

Jaehyun hizo lo pedido. Pudo sentir como Lee lo devoraba con la mirada. Su lobo saltaba de felicidad al ser del agrado de su amado.

—¿Y bien?

Quedaron frente a frente. Taeyong aún le observaba de pies a cabeza mientras mordía su labio.

—Deberías haberme recibido así. Te habría hecho el amor en la mesa del comedor frente a todos.

—¡Taeyong! —reclamó sonrojado-—. ¿Tanto te gustan las prendas ajustadas?

—Hacen que se note tu culo. Muy bonito, por cierto. Además, mi camisa deja que se vea algo de piel. En tu hogar solo usas ropa de monja.

—Es por el frío.

—Lo sé. Además tus hermanos son unos conservadores.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Jeong se sentó en el regazo del mayor.

—Dame un beso. Me lo merezco.

—Que atrevido. ¿Dónde quedó el niño estudioso?

—Dame un beso, Taeyong. O me quito este pantalón incómodo que se mete en el culo.

Lee juntó sus labios. Descendió con sus manos hasta el trasero del menor y lo apretó. Jeong inseguro de sus acciones, jugó con los botones de la camisa del mayor. Desabrochó uno, esperando aprobación. Taeyong volvió a besarlo y Jaehyun prosiguió con los demás botones. Pasó sus manos por el torso delgado y tibio.

—Señor  —hablaron desde el exterior.

—¿Qué quieres? —respondió de mala gana el Alfa.

—El señorito Xiaojun acaba de llegar.

Road to heaven ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora