III. De la trivialidad a la complejidad.

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—Cúbreme Soap, yo iré al frente.

—Afirmativo, estoy a tu seis.

Ghost y Soap avanzaron con sigilo en aquel edificio peligroso, matando a discreción a todo enemigo, misión que, para una persona normal y corriente era como entrar a la boca del lobo, entregar hasta la última gota de sudor y sangre, por que tu vida se habría quedado en ese edificio, pero para ellos no era así. No era tan fácil, claro, pero solo soldados de tal categoría, eran capaces de sostener esa situación... y después del camino sangriento, y el olor a pólvora impregnado en el aire, el sargento y el teniente lograron su cometido; obtener la información que se requería, teniendo así, una misión exitosa.

Eran la excelencia, la fama que tenían los soldados de la 1-4-1, tenía todo el sentido del mundo.

Por otro lado, Simon no podía sentirse más orgulloso de su compañero. A estas alturas ya ni siquiera era necesario que Soap rogara un espacio junto a Ghost, ambos ya eran un equipo.

Había algo que el teniente veía en Jhonny, aparte de su peinado...

Era esa actitud, era esa luz, esa vida, era la juventud que poseía. Un hombre con un potencial increíble para ser incluso el próximo capitán, y no solo tenía la determinación que se necesitaba para dar el ancho en el lugar en el que estaba, también estaba lleno de una extraña luz que se reflejaba en su mirada.

Ghost podía saber cuándo Jhonny estaba nervioso, pero aún así, nunca daba un paso atrás, iba del principio hasta el final, y también tenía esta extraña calidez difícil de explicar, parecía lleno de ilusiones y de vitalidad a pesar de tener a la muerte soplando en la nuca de cada uno de ellos constantemente.
Sin lugar a dudas, para Simon, Soap era un soldado y un compañero excelente.

Jhonny tenía un sentimiento parecido por el teniente... Pero uno más intenso, vehemente, más fuerte y que a diferencia de Simon, a él le dolía. Y es que, para Jhonny, Simon era perfecto. Sus sentimientos nacieron de nada más que una gran admiración, que evolucionó a un angustiante fuego, continuos latidos de corazón, y solo sabía que cuando estaba junto a Ghost, era inevitable sentirse así.

Era capaz de vencer a pelotones enteros, pero ni el podía hacerle frente a ese sentimiento.

—Buen trabajo, Soap. —Felicitó Ghost mientras bajaban del helicóptero.

—Lo mismo digo, señor.

—En verdad debo ponerte una estrella en la frente.

—Si, la merezco. —Bromeó.

Las conversaciones de Jhonny y Simon eran así casi siempre, pasaban de los comentarios con humor, a lo profesional.
Aún así, después de tantos años, Soap era la única persona que había tenido más cercanía con Ghost, y al principio, a todos sorprendió como del lugar de donde ellos estaban, a veces se escuchaban risas, casi siempre de Soap, pero eso no significaba que hubieron un par de ocasiones en donde la risa del teniente se hizo presente.

Pero, para Jhonny no era suficiente, sentía que aún había una barrera entre él y esta persona que ahora significaba mucho. No sabía cómo romperla, Simon era accesible con Soap, pero en cuanto sus temas de conversación se tornaban más profundos, él daba un paso atrás.

Era difícil, pero Soap era una persona que no se rendía fácilmente...

Aquella noche, era de esas de ocio, de descansar y convivir un poco. Soap y Ghost estaban tomando en un bar bebiendo bourbon, acompañados el uno del otro, solo como lo que eran: camaradas. Hablando de cosas fácilmente olvidables.

—¿Tú cómo haces para lidiar con todo esto; con las pérdidas, con la sangre que llevamos en nuestras manos y con la muerte? —Preguntó el sargento intentando indagar un poco.

Hojas De Papel || SoapGhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora