Katsuo ||BKTD||

|18|¿Cara a Cara?

Maratón 5/5

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Sentía todo pesado y la cabeza apunto de estallar, un pitido en el oído. Estaba en una cama en un cuarto totalmente blanco. Ya no tenía puesto su traje ahora estaba simplemente con un pantalón gris holgado y una camisa negra.

Al traerlo le hicieron muchos estudios, parecía estar bien o por lo menos en mayor parte bien. Nada en su sistema.

Pero tenía ambas manos esposados a la cama podía mover las lejos al menos, con fuerza movió la muñeca intentado romperlas pero solo enrojecido su muñeca y se causo un pequeño corte, su quirk parece estar anulado y su cuerpo sigue débil.

Pero necesita ver a Katsuo. Volvió a intentar una y otra vez quitarse las esposas, tiene que llegar a el, las muñecas le ardían pero no importaba.

Se sobresalto al ver la puerta abrirse de golpe, su padre.

Lo miró con dureza.

—¡No te acerques! ¡¿Dónde lo tiene?!

Necesitaba verlo, no le importaba que le querían decir, si le querían gritar o decir que lo odian. Le dolería pero ahora su mente solo quiere a Katsuo aquí ahora.

—Esta bien, Aizawa esta con él.

Eso lo alivio un poco pero no lo demostró. Su padre lo inspeccionó, se quedó un segundo mirando su cabello negro.

—Traiganlo —exigió.

—Vamos a hablar primero Shoto, todo lo que hiciste fue bastante grave.

—No me importa, solo quiero que traigas a mi hijo ahora.

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—Baku —pronuncio Kirishima.

Sus amigos fueron hacia él, al enterarse de que Shoto había despertado. Sólo ellos y su padre saben lo que sufrió todo estos años.

—¿Hablaras con él? —indagó Mina. Mientras acariciaba su espalda.

—No se que hacer —admiti mientras bajaba la cabeza.

No quiero arruinarlo todo, solo quiero decirle lo que siento.

—Solo deja que las palabras fluyan —hablo Sero.

—El se fue por mí, no se ni que decirle.

—De nada de va a servir quedarte aquí, después de cinco años serás tu propio obstáculo —hablo Kaminari.

Me levanté mientras negué con la cabeza.

—Hablaré con él.

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Cuando su padre salió rendido, al darse cuenta que no hablaría con nadie hasta ver a su hijo. Esperaba que la segunda vez que se abriera la puerta iban a entrar con su hijo.

Se congeló al ver que entraba uno de los que menos quería ver en este momento. No estaba listo.

Bakugo entro a pasos fuertes hasta plantarse a una buena distancia con los brazos cruzados en el pecho.

Ninguno dijo nada solo se perdían en la mirada del otro.  Volvieron a sentirse adolescentes.

Volver a estar cara a cara después de mucho tiempo trae sentimientos complicados y difíciles de descifrar