Katsuo ||BKTD||

|32| ¿Noche para dos?

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Una noche para ellos, se la merecían, ya era momento de arreglar las cosas, todo encaja, solo falta una pieza que sigue flotando por ahí.

¿Que pasara con ellos?

Después de la rueda donde dijo públicamente que estaba saliendo, Katsuki le pidió una cita. Una noche solo para los dos.

Fuyumi se lleva a los niños para que pasen tiempo con la familia, se quedarán a pasar la noche y regresarían el día siguiente en la tarde.

Me miro nuevamente al espejo, el tinte negro ya desapareció completamente dejando nuevamente mi cabello bicolor, le envió foto a Monoma y Kaminari con lo que me iba a colocar para que me aconsejaran.

Después de estar vestido, es casual, pero no tanto, no se ha donde iremos.

Abro la puerta encontrándome a Katsuki, con un ramo en una mano, tiene las mejillas enrojecidas por la vergüenza, en mi interior siento algo cálido crecer.

-Ten -Me las arroja en la mano suavemente.

-Gracias.

Me alejo para ponerlas en agua, él me sigue de cerca y me mira detalladamente.

-Te ves bien -habla desde mi espalda.

-Digo lo mismo -lo miro sobre mi hombro-. ¿Dónde iremos?

-No lo sabrás hasta que lleguemos, apúrate.

[...🦋💗✨...]

Ambos subimos al auto. Katsuki se acuesta confiado en el asiento y sus largos dedos aprietan el timón, haciendo que las venas de su brazo resalten. Me acomodo mejor en el asiento cuando empieza a crecer un cosquilleo en mi vientre.

Trago grueso, y siento un escalofrío cuando su mirada cae por un segundo en mí para regresar a la carretera.

-¿Estás bien?

-Sí -digo, aunque mi voz suena débil, casi congelo el auto al sentir su mano colocarse en lo alto de mi muslo y apretarse.

-¿Cómo ha ido con los niños esta semana?

-Bi... bien hicieron amigos, la prensa dejó de molestar, y Tenko parece estar mucho más tranquilo, ¿el trabajo?

-Del carajo, está el tipo idiota, patético, con un don de mierda que hace que los extras actúen como mocosos, ya estoy a punto de atraparlo, cuando lo tenga en mis manos a ese hijo de puta.

El vocabulario, tan colorido como siempre, ya llevaba sin oírlo un rato; lo extrañaba.

El viaje no es al final tan largo, seguimos hablando de nuestro día a día con facilidad.

-Oh, mierda -hablé mirando por la ventana donde estaba entrando.

-Esta mierda es linda, cierto.

Asentí un poco atontado, antes de voltear a verlo un poco avergonzado. El camino estaba iluminado por grandes luces que guiaban hacia algo que parecía un castillo.

-No creo poder pagar nada de este lugar.

-¿Quién habló de que ibas a pagar?

-Oh.

-Si te estoy invitando es porque pagaré todo.

Katsuki salió del auto para después rodearlo y abrirme la puerta, le lanza las llaves a un joven y por dentro es aún más alucinante que por fuera. Mesas elegantes, manteles blancos, velas encima, y si miras el techo hecho de cristal donde se cuela la luz de la luna, las estrellas se ven hermosas.