Capitulo I

1.6K 63 3
                                    

—Violeta, si tanto te gusta dibujar ¿por qué no te metiste a bellas artes? ahora no estarías con el morro cruzado todo el puto día en esa librería, que ahuyentas más que atraes a la clientela, y fíjate que es difícil con la cara que tienes.

—Gracias por el cumplido imbecil, no me metí porque no tenía ningún tipo de salida laboral, encima que no soy tan buena...

—No tiene salidas si tú no quieres que las tenga, vivi.—dijo la chica que estaba al otro lado del teléfono.

—Mejor déjalo ¿vale? olvida esta llamada

—Ya hablaremos mejor, te dejo que tengo trabajo. Besitos—Violeta se despidió de ella y volvió a mirar a su al rededor.

La librería en la que trabajaba la pelirroja no era un lugar enorme que digamos pero bastaba para tener todo tipo de libros. Estaba organizada por columnas y géneros y tenia varios sofás para sentarse a leer o echar ojeadas a los libros. La librería constaba también con una pequeña barra de café para todo aquel que quisiera quedarse a leer allí.

Violeta amaba leer, escribir, perderse en las páginas de un buen libro pero últimamente había perdido toda la vocación por ello. Cuando salió de bachillerato no supo que carrera elegir ya que no había nada que me gustara como para estudiarlo por cuatro años como mínimo, así que, su madre decidió por ella que trabajaría en la librería que tenía una amiga suya en el centro de barcelona.

La pelirroja pataleó y se quejó más de las veces que le gustaría admitir pero ni así consiguió que su futuro no se viera opacado por aquella librería.

—Joder mamá déjame elegir lo que quiero hacer, ¿no? me gusta la lectura pero no como para estar 8 horas diarias atendiendo a gente estupida que no sabe qué libro comprarse.

—La situación económica no es buena en casa Violeta, o trabajas, o trabajas. Y dado que no tienes más que el bachillerato, que prefieres, ¿trabajar en una librería donde el ambiente será tranquilo o en un comercio de comida rápida donde tengas que estar de aquí para allá todo el día? porque tus estudios no dan para más, lo siento.

Violeta bufó ante la respuesta de su madre y se encerró en la habitación a escuchar música mientras llamaba a su mejor amiga Denna para contarle el suplicio que estaba a punto de comenzar en su vida.

Había pasado medio año desde aquello y la situación no parecía mejorar. Cada día se sentía más frustrada por todo lo que rodeaba su vida y no encontraba salida a aquello. Cada día aceptaba más su rutina, despertarme, tomar cafe, vestirme, trabajar 8 horas aguantando a subnormales, volver a casa, ducharme, cenar cualquier cosa que haya por la nevera, dormir, y vuelta a empezar.

La chica de la librería || kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora