Capitulo II

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El mundo de la música jamás es como lo pintan en todas partes. Es un lugar en el que tienes que ser el n1 en todo para poder vivir de ello, un lugar en el que si no te das prisa y te vendes a lo que sea te tragan las sombras de otros. Cuando Chiara empezó con la idea de dedicarse a la música jamás pensó que todas las personas que conocería en esa industria jamás serían amigas, sino enemigas pintadas de amigas.

Chiara Oliver, nacida en Newcastle se mudó a la gran barcelona en busca de oportunidades laborales con la música ya que ahí es donde se mueve el arte que gusta ahora.

—Pablo, ¿de verdad no hay manera de mandar a la mierda ese contrato inútil? ¿Voy a tener que sacar canciones con pronombres que a mi no me identifican solo por el contrato de un año que tengo con esa gente de mierda? prefiero retirarme ante que eso.

—Chiara, cállate y escúchame. Solo es un año, van a intentar que saques muchísimas cosas para poder exprimirte pero durará poco.—contestó Pablo, el manager de la inglesa.

—Holly shit, no quiero hacer esto y no voy a hacerlo.—Dicho esto colgó el teléfono y caminó enfurecida por las calles de Barcelona sin saber muy bien a donde llegar.

Era bastante tarde y en la inmensa ciudad ya se veía como el sol caía para esconderse hasta el siguente dia. Chiara siguió caminando sin pensar siquiera por donde estaba caminando. Por el tipo de edificios que había notó que había llegado al centro de barcelona donde aún había muchos comercios con luz. Caminó viendo los escaparates hasta que se tropezó con una librería llamada "El hogar de los secretos entre las páginas". Era una librería vintage que parecía muy acogedora. Tras echar un ojo al escaparate visualizó a la chica que estaba trabajando allí y comprobó que no estuviera cerrado para entrar.

La campana de la puerta sonó y observó la librería por dentro como si fuera un universo paralelo. Los hechos eran altos y estaban decorados con motivos florales, tiras florale y elementos que parecían transportarte a un bosque.

—Buenas tardes—dijó una voz femenina al ver a la morena tal ensimismada en la decoración.—Cerramos en media hora, por si no has leído el cartel.

Chiara salió de su trance y carraspeó girando la cabeza hacia la pelirroja detrás de la mesa que la miraba desinteresadamente. Notó como sus mejillas se ponían rojas respecto a lo que le había dicho y asintió.

—Ah, si. Perdona,es que me ha gustado mucho la decoración. Había leído que cerrabais a las 21:00. Venía a ver si había algún libro que me llamara la atención pero quizás vengo mañana, no quiero ser molesta....

—Como bien has dicho cerramos a las nueve y son las ocho y veinte, tienes tiempo, pero no te ensimismes tanto.—finalizó la pelirroja con un tono bastante prepotente.

Joder que borderia llevamos encima hoy pensó chiara antes de comenzar a dar vueltas por la librería en busca de un libro que llamara su atención.

Cuando estaba a punto de darse por vencida un libro azul con estrellas en la portada llamó su atención.

Una historia sobre el amor, el destino y la búsqueda de uno mismo.

Porque a veces, solo hace falta mirar la luna para sentirte cerca de otra persona.

Finalmente se decantó por ese y camino hacia la barra donde aún estaba sentada la pelirroja que parecía estar más aburrida que ella en sus reuniones con los managers.

—¿Nosotros en la luna? no pensé que saldrías con este libro de la librería, la verdad.—dijo Violeta mientras cogía el libro y lo pasaba por la pantalla para cobrarlo.

—Uhm...no se, vi la sinopsis y me gustó. ¿Te lo has leído? la verdad es que hace años que no leo pero mis amigos siempre me dicen que me vendría bien...y bueno, no se, es que no se mucho de libros. Soy más de escribir.—Vio la cara de aburrimiento que tenía la chica delante suya y decidió callarse maldiciendo haber dicho todo eso.—Perdón ya me callo, ¿cuánto es? será con tarjeta.

—15,50, ya puedes pasarla.

—Ehm, si, gracias. Un placer.

La pelirroja simplemente asintió y vio como la morena caminaba hasta la salida para abrir la puerta y desaparecer de su vista. Has sido una maleducada tía es que vaya hostia tienes se dijo a sí misma.

La chica de la librería || kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora