Capitulo IX

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Después de aquello todo pasó muy rápido para ambas protagonistas. Ruslana soltó los labios de la morena mientras aún mantenía el agarre en su cadera y ambas se miraron sonriendo.

—No me extraña que ligues tanto—susurró la pelirroja dándole un abrazo y dándole un beso en la mejilla.

—Si bueno como si fuera yo la que mas liga.

—No se pero que esa subnormal no va a intentar ligar más contigo creo que lo tengo claro.

—¿Por qué?

—Ah, no se.

—¡Rus! No te estoy entendiendo.—La pelirroja cogió a la mas alta y la giró para que mirara hacia las puertas del baño.

—Esa...esa es..la chica con la que estaba Violeta ¿No?

—Si.

—O sea que...espera ¿¡Que!?

—Que lo ha visto kiki, me ha visto besarte en su puta cara.

—¡RUSLANA!

—¡Que! Solo quería que se diera cuenta de que no te iba a tener tan fácilmente, que se crea que tienes a alguien. Y bueno también tenía ganas desde hace tiempo, pero eso para un día que quedemos con café.

—Mi cabeza va a explotar con tanta información Ruslana, vámonos.

—¿A donde?

—A casa.

—¿Segura? Pero no te has enfadado conmigo ¿No?

—No, pero hubiera estado bien saber que lo habías hecho por eso, capulla.

—Con que no era la única que buscaba esto, ups

—No, no eras la única.

Ambas se quedaron calladas y Chiara la cogió de la mano para comenzar a salir de aquella discoteca. No se podía creer que Ruslana hubiera hecho para darle celos a Violeta, la chica de la librería. ¿Le parecía bien? No lo sabía pero le había gustado, total,  ni siquiera conocía a esa chica y había tenido la audacia de creer que se enamoraría de ella. Quizás era un buen plan por parte de ruslana. La mente de Chiara viajó a lo otro que le había dicho la pelirroja, ¿Ella también quería besarla? Eso era información que no esperaba. Temía por su vida cuando lo tuvieran que hablar.

Llegaron a casa y ambas se pusieron sus pijamas y se metieron en la cama de Ruslana como siempre que salían de fiesta. La pelinegra se quedó mirando al techo y suspiró intentando dormir.

—Te escucho pensar desde aquí Chiara. Que pasa.

—Nada, o sea, todo. Es raro. Mañana vamos a la librería.

—Vale, pero prepárate para que te suelte que te vio conmigo.

—Bien, yo le diré que la vi con otra, a ver cómo reacciona a eso.

—Supongo que se quedará blanca como la pared

—Ojala.

—Ojala, buenas noches keks.

—Buenas noches rus.

Ambas se dieron la vuelta y cayeron rendidas en los sueños que su mente comenzaba a maquinar como cada noche.

****

La noche de la pelirroja no había terminado igual de bien que la de Chiara. Después de prácticamente salir corriendo de aquel lugar volvió a casa sola sin avisar a nadie y se metió en la cama sin quitarse la ropa siquiera. Maldita sea, ¿por qué me molesta tanto?

La chica de la librería || kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora