Un mundo de caos y problemas, donde el Dr. Byron creó una gema poderosa encontrada en una mina alejada del Starr Park. Gema la cual desató un caos terrible en todo el lugar, reprimiendo y dando pánico en las calles. No se sabía exactamente qué hacía...
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Larry.
Esa noche, mi hermano caminaba en círculos buscando qué hacer con todo lo que estaba pasando. No entendía que debía calmarse o sino alertaría a los demás brawlers. Shelly se acercó a él con cuidado y sostuvo su hombro.
Shelly: Hey, robot, viejo. Cálmate.. — Observó el comunicador en el suelo por un pitido extraño — ¿Qué le pasa a esa cosa?
Lawrie: Nos dirá algo. — Molestó, observó aquel walkie talkie esperando a que sonase alguna transmisión. Esperaron segundos y R-T con voz más gruesa, habló.
R-T: Hola, sobrevivientes. ¿Qué tal? — Se escuchó una voz segura de sí misma, una risa leve se oía también — Noté que por fin están atentos de mi plan contra todo este tonto parque, ¿no es así?... Bien, que sepan que no tienen escapatoria. Sí, quizá utilicé a esos tontos robots de seguridad para que hagan mis tareas y cuiden a esos tontos. Y sí, también sé que saben todo lo que he planeado.
Lawrie: Se los dije... — Suspiró profundamente — Él sólo nos uso...
R-T: ¡Seguro que los usé! — Su risa malvada volvió — Tú y tu hermanito son muy manipulables para mi gusto. Eso me mata de risa... Sigan disfrutando, muchachos. Van a necesitarlo.
El comunicador dejó de sonar, pero en su reemplazo, un pitido fuerte y aterrador comenzó a sonar. Al rededor de la cabaña se empezaron a oír pasos aterradores que se acercaban cada vez más.
Edgar: ¡Eh!... Deberíamos correr... — La voz alterada del azabache impactó a todos. No debíamos alzar la voz. Se abalanzó sobre el walkie talkie y trató de destruirlo, pero seguía sin callar aquel estruendo — ¡Los está llamando, vámonos de esta mi*rda ahora mismo! ¡Conozco un lugar!
Larry: ¡Vamos, todos sigan a Edgar! — Reuní a todos e íbamos saliendo escondidos, pero rápido. No queríamos ser atrapados. Corrimos a las afueras del parque, escondidos en un bosque bastante alejado de zonas súper pobladas como lo era el centro del parque — Uff... ¿Están todos bien?
Pregunté con preocupación, cada uno de todos me respondió con un "sí". Volví mi mirada hacia el azabache esperando una respuesta válida de dónde quedaba su escondite. Nos explicó que su padre (Byron), tenía un búnker a prueba de muchas cosas con comida y agua para hasta 20 personas. Y durarían hasta 10 años con esa comida. Debía ser mucho para ser así.
Todos seguimos al azabache y encontramos el búnker, por suerte. Entramos cada uno y noté que mi gemelo no estaba bien, estaba bastante más serio de lo normal. Acorté distancia con él y me agaché a su lado (estaba sentado).
