Nosotros: Tsunade x Jiraiya

Cena

Aquella tarde, Tsunade salió temprano de la oficina. Había procurado trabajar arduamente los días anteriores y así tener la tarde libre para prepararse. La cena a la que había convocado a sus colegas era muy importante para ella, no sólo eran los mejores shinobi de Konoha, sino que también eran personas en las que ella podía confiar y que conocía desde hace tantos años atrás.

Tan pronto llegó a su habitación, se tumbó en la cama rendida por el cansancio. Había estado ocupada, pero no lo suficiente como para no pensar en aquella noche. "¿Qué estará tramando ese viejo tonto?" Pensaba Tsunade mientras se quitaba la ropa para tomar una ducha "¿A caso ya no le importo? ¿O es que sólo fue una noche?".

Sus pensamientos la atormentaban a ratos, aunque, muy en el fondo, ella sabía que Jiraiya la amaba con todo su corazón.

Procedió a tomar una ducha de tina, tal y como lo hizo él aquella noche. Seguido, cubrió su cuerpo de crema y aceites naturales que la harían oler bien, tal y como había hecho la rubia aquella noche. Finalmente, se colocó una de sus mejores prendas; un kimono color verde que la hacía lucir como una verdadera Godaime, exclusivo para ocasiones como esa (aunque aquella noche llevaba puesto algo mucho más atrevido e informal, ambas ropas quedaban perfectas para cada contexto).

Después de horas, la hockague se encaminó de nuevo a la torre, esta vez, para perfeccionar detalles de la cena. Estaba preocupada, quería que Jiraiya llegase a tiempo, sin embargo, no había recibido noticias de él desde que salió de Konoha.
Se dirigió al salón principal de la torre. Irrumpió en la habitación y observó cada detalle rigurosamente; debía ser perfecto. Shizune aún permanecía en el salón con un papel y bolígrafo en la mano mientras cada mesero colocaba las bebidas al centro de la mesa. Cuando la hockague entró al salón, las miradas se postraron en ella como era de esperarse, pues era la hockague.

-- ¡Qué hermosa se ve! -- exclamó Shizune emocionada. -- Ya estamos listos para recibir a los invitados.

-- Muchas gracias, Shizune. -- respondió la rubia sin emoción, su rostro ahora se mostraba pálido.

La espera concluyó pronto, y el resto de invitados yacían en el salón principal. Kakashi llegó tarde. Saludó a Tsunade de forma más casual que los demás, tenía ya mucho tiempo de conocerla y tenían una relación estrecha, por eso mismo, notó que la hockague no lucía satisfecha por la cena que tanto le importaba. 

Asuma, Kurenai, Guy, Shikaku y otros jounin de alto rango acompañaban a Tsunade esa noche, todos estaban allí... todos menos el hombre a quien más anciaba ver.

La hockague tomó asiento y las cosas fluyeron de manera natural. Todos conversaban amistosamente hasta que Guy y Kakashi comenzaron a competir. A veces Tsunade dudaba de la relación entre ambos, aunque probablemente ellos también dudaban de su relción con Jiraiya.

-- Quien logre beber toda la copa sin quedar ebrio, gana. -- dijo Guy al oído de Kakashi mientras sostenía una botella de vino.

-- Está bien. -- respondió kakashi harto de las peticiones de su rival.

Cuando Guy sirvió la primera copa, accidentalmente derramó parte del vino sobre el hombro de la hockague. Todos lo observaban impactados, sabían que la sannin era una mujer temperamental. Guy estaba pálido esperando un buen golpe de la hockague, sin embargo, ella se limitó a salir de la habitación.

--¡Lo siento mucho mi Lady! -- gritó Guy con lágrimas en los ojos.

-- Eres un tonto. -- dijo Kakashi enfurecido.

Tsunade salió del salón con el pecho envinado; entró al baño, cerró la puerta con cuidado de que no se escuchara ningún ruido, apoyó sus brazos sobre el lavabo y se miró al espejo. Aquel insidente no le molestaba en absoluto, pues no era algo que no puediese solucionar, más bien, estaba desesperada por la "desaparición" de Jiraiya. Durante sus viajes, él siempre enviaba reportes a cada misión que ella le otorgaba, no obstante, Jiraiya había salido de la aldea por su propia cuenta, cosa que a Tsunade jamás le había molestando, ya que era lo que más hacía el peli blanco en su tiempo libre. Ahora no sabía la razón por la cuál le afectaba tanto.