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Tan solo dos chicos recorriendo las calles de Seoul, ambos sonrientes y perdidamente enamorados. Claro que estan un poco tomados, pero tenian 18 años y harian lo que quisieran en esos momentos, el alchol los aliviaba de todos sus problemas y ayudaba a no pensar en el crecer y asumir responsibilidades o decisiones pues era lo que más temian, tener un gran peso en sus hombros y acerce cargo de ello apesar que no quieran. El ser responsable no era algo que querrian pensar, ellos solo deseaban divertirse y hacer toda clase de travesura que un adolecente haria, escaparse de casa y salir con amigos, amar a alguien y tener la relación soñada, besarse a escondidas donde la adrenalina lo era todo.

Lamentablemente, al tener 18 años el inicio de lo que menos deseaban comenzaba

—¡Jungwoniee! ¡Deja esa botella en el suelo!

—¡Nunca me atraparas! jeje...

Jungwon y Jay al salir de la casa de Heeseung se dirigieron a la tienda cual Jay hablo. Ambos compraron una gran variedad de snacks y algunas latas y botellas de alchol que al comprarlas no pensaron que era mucho, pero apenas terminaron de comer y tomar de las latas, el alchol rapidamente hizo efecto en ambos. Especialmente en Jungwon, quien no se media al tomar a diferencia de Jay.
Al inicio no se noto mucho el cambio de actitud, caminaron normal sin hablar mucho por calles vacias, pero al momento de Jungwon abrio la boca nunca la volvio a cerrar sorprendiendo a Jay mientras escuchaba todo lo que Jungwon decia entendiendo el estado en el que estaba. Jay disfruto escuchar a un Jungwon hablador que decia lo primero que pensaba, el ver como sus labios se movian sin parar se volvio hipnotizante, tanto que no se dio cuenta en el momento que Jungwon abrio una botella de Soju y empezo a tomar de ella sin parar. Para cuando lo hizo, Jungwon ya la habia terminado y abierto otra preocupando al mayor quien rogaba que le diera aquella botella.
Ambos terminaron corriendo, Jay persiguiendo a Jungwon para que le entregase la botella mientras Jungwon reia pensando que era un juego.

— ¡Vamos Wonie! Solo tienes que dejar de correr y entregarme la maldita- botella...— Gritó Jay mientras su voz iba entrecortando debido al cansancio.

— ¡Nunca! — Respondió divertido corriendo aún más rápido para luego tropezar con una pequeña piedra cual no vio.

El menor cayó de rodillas evitando golpearse el rostro y romper la botella, pero termino desgarrando sus pantalones raspando su propia piel. Sus pantalones fueron embarrados en la suciedad del suelo e iban a ser manchados por el leve sangrado de las rodillas de Jungwon.

— Ouch... —

Jay al presenciar aquella caida, se acercó a Jungwon lentamente debido al cansancio y vio el gran hueco de sus pantalones.

— Te dije que dejaras de correr — lo regañó mientras se arrodillaba para ver las heridas de Jungwon a detalle.

Apenas Jungwon escucho el pequeño regaño, sus labios se abultaron mientras una lagrima recorría su rostro. Desde esa primera lagrima, estas se fueron multiplicando hasta decorar todo su rostro mientras se iba sonrojando cada vez más fuerte hasta que todo su rostro se vuelva un rosa intenso. Jungwon había empezado a llorar como un bebé, cerrando sus ojos con fuerza, haciendo un llanto sorprendiendo a Jay quien se había concentrado en la herida de Jungwon durante todo ese tiempo.

— ¡WAAAAHH! — comenzó a lloriquear mientras movia sus brazos de un lado a otro.

— ¿Qué-? ¿Wonie? — Volteo a ver Jay, viendo como Jungwon pasaba de tener dieciocho años a seis — ¿Estas bien? ¿Es por la herida?— preguntó mientras limpiaba sus lagrimas de su rostro viéndolo fijamente.

— Ñ-ño... WAAAAHH— volvio a hacer un llanto haciendo que Jay se tapaba los oidos.

Luego deslizo una de sus manos por los cachetes del contrario acariciandolo causando que Jungwon se sorprenda y deje de llorar, sonrojandose ante el gesto.

Marry me!! | Jaywon AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora