15 Marzo, 1805. En las afueras de Monterrey.
Se conoce, se ha contado por muchas generaciones, que hubo un tiempo donde los soldados del Virrey de España salían a recorrer las grandes praderas de California, hacían grandes cacerías humanas, matar tribus sin sentimiento alguno para limpiar el terreno del cual van a utilizar todas las materias primas, destruyendo así las familias y acabando con ellas. Estás tribus eran tomadas como amenaza, solían asegurarse que sus tierras estuvieran a salvo matando soldados, algo que al jefe no le gustaba nada. Eran una amenaza para el virrey.
Dado a esto, un comandante general de esas tropas, Alejandro de la Vega, se vio obligado a dejar de hacer todo esto. Él, un hombre de corazon sincero, sin odio, no entendía por qué sus superiores le ordenaban tal acto de repudio hacia esas familias, quienes tenían todo en esas tierras. comenzó a repudiar cada mandato que le daban.
Una de esas veces, quizas la ultima en su vida; en una de esas cacerías junto a su superior y amigo de la vida, Fernando Sánchez de Moncada, rescató a una india que estaba gravemente herida: alguien la habría lastimado debajo de su pecho. Fue tanta la compasión que sintió, que optó por escapar a escondidas hasta su hacienda, un lugar donde estaría protegida, nadie sabría que se trataba de una muchacha.
Alejandro se hizo cargo del cuidado de su protegida, se fijó que no le faltara agua ni comida, fue atendida por él mismo y la herida se curó satisfactoriamente. Pero algo que no tomó en cuenta, fue en cómo sus sentimientos se volvían mas fuertes y puros cada vez que la veía. Sus ojos brillaban al ver el perfecto rostro moreno de ella, sus grandes ojos negros y el largo cabello negro que cubria su espalda.
Ambos nunca reconocieron los sentimientos que tenían cada uno. Los días pasaban, y la muchacha comenzaba a despertar un sentimiento aun mas fuerte que el deseo: tenía la curiosidad de poder acariciar sus mejillas y tocar su brillante cabello. Como hipótesis final, su hermosura dilataba las pupilas de Alejandro, esa belleza lo hechizaba al verla, no había algo en ella que esté fuera de lugar, era la perfección en vida.
Comenzaron a verse más a menudo, él le enseño su idioma para poder relacionarse y hablarse mejor, ella le enseñó muchas cosas que él no sabía, y el solo podía observarla y contemplarla, mientras se perdía en tal belleza.
Con el correr de los días, ella comienza a tener una fluidez en el español, aprende nuevos modales, otro comportamiento, ya no era una muchacha sin modales, por amor a su blanco, se volvió una dama de clase.
Ese día en la iglesia, esa muchacha ya no sería más una india, sino una bella dama española que estaba a cargo de don Alejandro. Le enseñó a hablar, sentarse en una mesa y comer, usar cubiertos, caminar erguida, cosas de dama española y de gente civilizada, según dirían los españoles de aquella época.
El interés de Alejandro por ella comenzó a despertarse más y más, hasta el punto de encenderla a ella también, ambos estaban tan enamorados que no había algo que los distrajera de esas miradas eternas. Tal así que una noche, el amor los hizo encontrarse, las razas ya no importaban, el deseo se despertó, y fue así, como de esa relación, nueve meses después, nació su hijo, Diego, un niño de piel mestiza con ojos verdes. Dos años más tarde, de ese mismo amor, nacería la niña de la familia, Inés, con rasgos parecidos a su madre, pero con los ojos y el corazón de su padre, al igual que Diego.
Ambos desde niños aprendieron a ser amantes de la naturaleza, montaban a caballo desde antes de caminar, ayudaban a su padre a separar el ganado con sus peones, la vida en la hacienda era algo de lo que ellos aprenderían, no obstante, siempre la religión, el catolicismo, era algo que los aconsejaba, el padre Tomás los apadrinaba desde bebés, y siempre estaría en los momentos donde ellos lo necesitaran.

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El Zorro no terminó como debía haber terminado
Ficción históricaEl jóven Diego de la Vega, recien llegado de España, comienza a vivir junto a su padre luego de estar seis años alejado de su tierra. Su bienvenida lo lleva a enamorarse de su mejor amiga de la infancia, Carmen, quienes comienzan a conocerse aún más...