001| 𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐈𝐂𝐈𝐒𝐓𝐄!?

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Adam estaba de rodillas al lado de la cama tomándole la mano izquierda de su esposa con sus manos

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Adam estaba de rodillas al lado de la cama tomándole la mano izquierda de su esposa con sus manos. Eva seguía dormida pero dando jadeos de dolor por la pesadilla que estaba teniendo, a Adam le dolía verla así pero debía aguantar porque después de lo que sucedió ya hace varios milenios ella nunca pudo volver a dormir en paz pues siempre, SIEMPRE, sufría de esas horribles pesadillas.

Tantas noches que Eva pasaba sin dormir terminaron por afectarla no solo a ella sino también en su salud pues su piel se volvía más pálida con cada noche que pasaba sin dormir, fue ahí que Adam decidió dormir junto a Eva para darle más tranquilidad que término resultando más o menos pues la presencia de Adam o de alguien más de la confianza absoluto de Eva solo calmaba las pesadillas más no las eliminaba.

Eva fue abriendo los ojos lentamente pues se notaba por su piel pálida y las ojeras notables lo débil que estaba, miró al lado suyo y vió a su esposo el cual le dedico con débil sonrisa, Adam solo la vió angustiado.

—Buenos días, Adam—. Sonrió Eva mientras cerraba los ojos; Adam se levantó del suelo pero siguió sosteniendo la mano de la rubia.

—Buenos días, Eva—. Regresó el saludo mientras se acercó al rostro de la menor para besarle la frente y después acaricias su mejilla con una sonrisa cariñosa. —Despertaste justo a tiempo, florecita—. "Florecita"..., una apodo que Adam le dio a Eva el día que la conoció por ser la rubia muy tierna y amable. —Es hora de tus medicinas—. Siguió sonriendo de forma amable para tratar de esconder su tristeza; Eva miró como Adam se daba media vuelta para agarrar las medicinas.

En el mueble pequeño de noche se encontraba muchas medidas, pastillas, jarabes, inyecciones, jeringas, en los cajones habían solamente sueros y algunos tobus para concertar el suero con las venas. El chico tomó dos cajas de pastillas y tres garabes que la mujer miró mal y con asco, le disgustaba mucho los garabes.

—Se que no te gustan los garabes, pero debes hacer un esfuerzo—. Se sentó en la cama mientras ponía las medicinas a un lado de Eva quién ya se había sentado en la cama recargandose del respaldo. —Por favor...—. Suplicó mostrando una mirada angustiada y dolida de verla así.

Eva suspiró. —Bien...—. dijo desanimada; Adam sonrió para levantarse y servir agua en el vaso, se dio la vuelta y regreso asenterarse en la cama para darle el vaso a Eva el cual sostuve.

El de cabello café abrió uno de los garabes y lo sirvió en la tapa del jarabe, un líquido rosado que parecía más estar viscoso salió del frasco, el olor de aquel "líquido" inundó las fosas nasales de la madre de la humanidad causándole náuseas y ganas de vomitar, tanto le causaba asco que se tapó la nariz con su delicada, y algo pequeña, mano pues no soportaba el olor.

Una vez que el hombre termino de poner parte del jarabe en la tapa, apartó el jarabe para ponerlo en la mesa, Eva trago saliva con miedo mientras veía el jarabe con notable desagrado y asco.

❝𝐌𝐎𝐌'𝐒 𝐊𝐈𝐃𝐒❞ ||| Hazbin HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora