Elisa
Viernes por la tarde estoy terminando con unos asuntos que tenía pendiente del laburo y me llega un mensaje de mi amigo.
-Buenas... ¿Qué haces mañana? -
-Buenas, por el momento nada, ¿alguna sugerencia? -
-Mañana jugamos con los pibes, necesito mi amuleto si está disponible.
-Uh no me acordaba, obvio que voy, ¿a qué hora salimos? -
- ¿Te parece si desayunamos algo tranqui a media mañana y luego salimos? Porque vamos a estar casi toda la tarde. -
-Por mi está bien, llevo el mate.
-Bueno nena, 9.30 paso. -
-Excelente. -
Así de simple era todo. Un mensaje, una invitación y acordamos una salida. Desde la primera vez que lo acompañé a jugar al fútbol, una tarde que él estaba un poco bajón, la pasamos muy bien y ganaron con mucha diferencia. La siguiente vez que jugaron yo no fui porque para qué iba a ir decía yo. Esa vez perdieron a lo grande, hasta se lesionó uno de los chicos. Desde entonces, según Tomás el equipo solicitaba mi presencia, era el amuleto. El equipo estaba compuesto por otros cantantes conocidos de los chicos, algunos eran conocidos míos ahora también. Este es el segundo año que compiten por la copa, es un campeonato que organizan los de la cancha de fútbol 5. Es un complejo bastante exclusivo de La Plata con varias canchas para jugar. El año pasado fue el aniversario y festejaron con un campeonato, pero como les copó tanto la idea a los clientes de siempre decidieron continuar con la idea. Los hombres siempre se inventan algo para tener una excusa para jugar al fútbol y juntarse a comer asado. Lástima que las chicas no lo hagan, nos perdemos de mucha diversión. El equipo se llama Los Toros, fueron los subcampeones el año pasado, este año quieren el título de campeones. A mí no me molesta acompañar. En gran parte, varias de las novias de los chicos acompañan. Recuerdo que Tomás invitó a Emilia varias veces, pero no tuvo chances y el día en que fue dijo que se había quejado de todo, del calor, del sol, de las gradas, que entonces prefería ir solo. Sabía que muchas veces no decía nada para no amargarse ¿porque a quien no le gusta que de vez en cuando te acompañen? Él había ido a cientos de sus desfiles, se aburría como ostra, pero no decía nada porque sabía que la hacía feliz. No era justo, pero yo no opinaba de eso. Cuando él me contaba solo lo escuchaba, pero no sabía que decirle más que tratar de animarlo, y ese día me ofrecí a acompañarlo. No voy a decir que era fan de ir a la cancha, pero me gusta ver a mi amigo feliz y eso es suficiente. Además, después de ese campeonato descubrimos que somos rivales. Tomás es muy fanático de River Plate, demasiado. En mi casa de lo contrario, todos somos de Boca Juniors. Como dije, no soy muy fan del fútbol, pero en Argentina es el deporte por excelencia, entonces es inevitable no ser fan de algún club. Disfrutamos haciendo apuestas de vez en cuando. Apostamos comida, helado, y hasta a quien le toca pagar las birras. Nos prometimos ir a la cancha a ver un superclásico, y no dudo de que iremos. Siempre tenemos algo para hacer, imposible aburrirnos juntos.
* * *
Me desperté a eso de las ocho y media, me bañe y mire el pronóstico para ver como estaría el clima hoy. Parcialmente nublado, con probabilidades de que se despeje por la tarde. Bueno, me tendré que llevar abrigo por si acaso se levanta viento. Me vestí cómoda con un jogging negro, mis zapas deportivas, un buzo gris abrigado y mi cuellito negro. Además de llevar mi campera inflable, estaría bien con eso. No quería desabrigarme después de lo mal que lo había pasado cuando tuve fiebre. Con mi pelo seco y el mate pronto estaba lista para cuando vino Tomi.
Fuimos a desayunar a mi lugar favorito. Obviamente yo pude disfrutar más del desayuno porque no tenía que jugar un partido en unas horas.
-Gracias por acompañarme. - Dijo regalándome una sonrisa tímida con cara de dormido.
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La Melodia Perfecta [En Pausa]
Romance¿Y si todo lo que creías imposible de alcanzar llegara a tu puerta sin previo aviso? Elisa se había conformado con cantar bajo la ducha durante el resto de su vida, hasta que la oportunidad se presentó en el momento más inesperado. Sin embargo, esta...