20. Pastel

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«Your beauty never ever scared me»

Mary on a cross - Ghost

KALE 🎶

La alarma suena una hora antes de lo habitual en la mañana luego de la fiesta y entiendo por qué ella tomo la noche anterior.

Es hoy. Es el día del examen, su primer examen presencial.

Maldita sea.

Son las 5 de la mañana y Aster ya está despierta, arreglada y revisando sus libros en el escritorio. La observo en silencio desde la cama, ni siquiera me quejo de que haya encendido la luz y esta esté quemando mis ojos adoloridos por solo dormir 3 horas.

—¿A qué hora empieza? —pregunto con voz ronca.

—De ocho a doce.

—¿Quieres que te lleve?

—Voy a ir sola, sé conducir.

—Te llevo —aseguro al levantarme, apenas tengo fuerzas—. Ve a desayunar, la mente no te funciona igual con el estómago vacío, el abuelo ya debe estar preparando el café.

—¿Cómo lo sabes?

—Es nuestra rutina.

*📻*

Son las seis cuando subimos al auto, la universidad está en el noroeste, a una hora y media de la cabaña, a orillas del lago champan. No hablamos en todo el viaje, no ponemos música, ella repite en voz baja lo que ha aprendido y yo escucho con atención controlando que no se equivoque de los datos que sé de memoria.

Tengo mejor memoria que ella, debo saberme las más de 60 canciones que tengo. Lo cual no es siempre bueno, la mayor parte del tiempo odio recordarlo todo muy bien.

No soy una persona religiosa, pero en los semáforos, pido que le vaya bien. Lo manifiesto. Cualquier tipo de tontería que me haga creer que puedo ayudar un poco.

Hice una sola pregunta en el tiempo que estuvimos en la carretera:

—¿Estás nerviosa?

—Sí.

No volví a hacer otra.

Cuando estaciono esperamos diez minutos a que se vuelva a leer todo por encima y justo cuando va a salir, tengo el impulso de darle un abrazo para reconfortarla. Lo cual claramente no pasa, aunque sospecho que la duda en su mirada era la misma.

Chocamos los cinco como hemos hecho antes de los concierto. Ella sonríe, deja sus libros en el asiento y entra con rapidez por la puerta principal de la gran universidad.

A partir de allí hay una cuenta regresiva torturadora hasta las 1 de la tarde donde se saben los resultados, dejó su teléfono así que controlo las noticias, tengo la página web de calificaciones abierta y refrescando desde los últimos minutos, allí se suben los puntajes en tiempo real. Esta es una experiencia nauseabunda.

Que el resto de tu vida se pueda definir en un examen es deprimente, que tenga que ir aunque no sea lo que quiere igual.

Por favor, por favor, por favor.

Refresco la página. Los números están, han actualizado el sistema. Mi corazón deja de latir por un instante.

Deslizo con rapidez hasta los apellidos con la letra "T" lo leo como si esa lista tuviera el antídoto a algún veneno que me está consumiendo, hay muchos participantes con su mismo apellido, empiezo a impacientarme.

Estoy por alcanzar su nombre cuando un golpe en el vidrio de la ventana me alerta, es ella. Está sonriendo.

Entonces yo también estoy sonriendo.

No apto para artistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora