•Dulce semana•

(🍭) Día cuatro: Feria.

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–¡Claro que sí!–.

Tobio salta a los brazos de su novio, sin importarle que están justo en la entrada de la preparatoria de T/n.

El cielo está oscuro y las luces del lugar y la ciudad iluminan sus dos figuras.

–Bien, tenemos que ir ya mismo para poder disfrutar lo máximo que podamos– T/n toma la mano desocupada de su novio.

Kageyama va con sus ojos fijos en las entradas para la feria con juegos entre sus dedos mientras comienzan a caminar.

"¡Jamás fui a una! Estoy nervioso".

T/n muere de ternura al ver la sonrisita nerviosa y temblorosa de su novio, aquella que últimamente está más presente.

–¿Debería buscar dinero en casa antes?– Tobio no mira al mayor, demasiado concentrado en los papeles coloridos en su mano.

T/n acaricia el dorso de la mano de su novio –No es necesario, amor– Debe inclinarse un poco pero aún así presiona un beso en su sien –Cualquier cosa que quieras, sea comida, subir a algún juego, un objeto de recuerdo o lo que sea me lo pides y te lo daré ¿Entendido?–.

Tobio siente su pecho calentarse, sabe que T/n se estuvo esforzando mucho estos últimos meses y siempre que puede le da un pequeño regalo, lo invita a merendar o simplemente lleva una leche de fresa para que tome luego del entrenamiento.

Trabaja duro para darle todos sus caprichos y a pesar de en un principio lo hizo sentir extraño luego de una larga conversación T/n le dejó en claro que no le molesta, y que por el contrario, solo pensar en consentirlo lo motiva el doble.

Tal vez deba levantarse temprano para entrenar, luego almuerce rápidamente en su hogar y después trabaja, corre a la preparatoria casi en tiempo récord y debe cambiarse el uniforme allí, duerme menos de lo recomendado pero aún así hace tiempo para Tobio, tener tiempo de calidad juntos aunque esté con el horario justo.

De alguna manera T/n siempre lo hace funcionar, y Tobio puede sentirse el ser más amado y mimado por ello.

Sabe que su novio quiere ser alguien digno y de confianza para él (ya que se lo dijo con sus propias palabras), por ello no puede negarse, aunque quisiera –Entendido–.

T/n se ve orgulloso por eso y el armador se enamora un poco más.

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–Las luces son muy coloridas– T/n afirma su agarre en su novio, temiendo perderlo si se descuida un segundo –¿Que quieres hacer primero, amor?–.

Tobio mira con ilusionados ojitos azules a su al rededor y señala hacia una montaña rusa –Vamos allí–.

T/n palidece al ver como al llegar a la cima el vagón baja a toda velocidad –¿E-Estás seguro?–.

Tobio no se da cuenta del rostro casi morado de su novio y tironea de su mano –¡Si! Vamos rápido, hay mucha gente–.

Ambos llegan a la fila y T/n se presiona contra el costado de su novio, mirando hacia los lados en busca de algo que lo salve.

Al menos se siente acompañado en el sentimiento al ver que no es el único aterrado por subirse.

–Amor– T/n tironea de la camiseta de su novio y recibe la mirada azulada al instante –¿No tienes miedo?–.

–Tu cara es muy chistosa, T/n– Tobio ríe al ver la foto.

T/n está verde y a punto de vomitar mientras cruza un brazo sobre el vientre de su novio en protección, por otro lado Tobio tiene sus ojos llenos de adrenalina y emoción, su cabello levantado y una gran sonrisa en su cara.