Parte 5

770 102 28
                                    

#ElOmegadeTroya #AquilesxHector #Corto #Parte5

Agamenón se estaba acercando peligrosamente a Héctor cuando sintió una espalda en su garganta.

— Si das un paso más... Puedo olvidar que eres el rey de Esparta.

Héctor abrió los ojos con total sorpresa y Agamenón vio a Aquiles con rabia.

— Acaso estás levantando tu arma contra tu rey!!!

— No, sol estoy cuidando lo que me pertenece y hasta un rey debe respetar el territorio de un Alfa.

Agamenón entrecerró los ojos.

— Vine hablar con el príncipe Héctor.

Héctor veía a ambos hombres con el corazón desbocado, no tenía ningún arma con que defenderse, sería tan fácil de..

— Entonces hable, puedo escuchar lo que tiene que decir, supongo.

Agamenón nunca había sentido tanta rabia por Aquiles como la estaba sintiendo ahora. Odiaba que ese Alfa siempre lo retara.

— Vengo a proponerle al príncipe ponerle fin a la guerra.

— ¿Qué? - Héctor por fin habló después de tanto tiempo en silencio.

— Si te unes a mi y te vuelves mi Omega. Seré rey y jamás dañaría el pueblo de mi Omega.

Héctor trago saliva y alejó la comida de él para ver a Agamenón, el Rey le estaba ofreciendo una salida a todo esto a...

— Ups, siento mucho romper tu excelente estrategia Pero... Este Omega me pertenece y no lo entregaré a nadie. - Dijo Aquiles. - Ahora sí eres tan amable... Quisiera que salieras de mi lugar.

Agamenón se giró y salió del lugar.

— Como puedes hablarle a tu rey de esa forma.

— El no es mi rey, y  me necesita más de lo que yo lo necesito a él.

— Si no es tu Rey, entonces ¿Por qué estás aquí peleando por él?

— ¿Aún no lo entiendes principito? Está será una de las batallas más grande de toda la historia, jamás me perdería este momento.

— ... - Héctor le lanzó una mala mirada a Aquiles y este sintió su estómago encogerse. - ¿Esa es tu gloria? Matar personas sin tener un motivo propio.

— Eres un guerrero y deberías saber que en las guerras siempre habrán muertos.

Héctor no respondió nada, Aquiles busco la otra parte de su armadura y empezó a alistarse.

—  ¿Que haces? - preguntó.

— A menos que tú hermano haya aprendido a regresar el tiempo, la guerra continúa.

— Y... ¿Y yo? - preguntó Héctor con cautela.

— Te quedas aquí por supuesto.

Aquí salió de la habitación y Héctor se echó a llorar de pura frustración.

*
*
*

— Quiero que te quedes y cuides que nadie entre en mi lugar. - Aquiles se sentía tonto al rebajar a su mano derecha para cuidar a Héctor, pero no podía dejarlo desprotegido y mucho menos estando Agamenón tan interesado.

— Pero Aquiles yo he venido a pelear...

— Hoy no mi buen amigo.

*
*
*

Si Héctor había pensado que era estresante estar en la guerra era porque no sabía todas las emociones que podía tener solo en la espera, no sabía que estaba sucediendo, las horas pasaban  y con cada segundo sentía que perdía una batalla interna, le preocupaba su padre, le preocupada su hermano y le preocupaba su pueblo pero ahora mismo solo era un prisionero más.

No fue hasta el anochecer que volvió a ver a Aquiles.

Aquiles entró a la habitación cubierto de sangre de otras personas.

— Veo decepción en tus ojos príncipe, ¿a caso esperaba que no regresará? - preguntó de forma burlona.

A Aquiles le molestaba la sensación de tranquilidad que se alojó en su corazón al ver a Héctor bien, aunque estuvo peleando todo el día su mente no abandonaba al Omega y eso lo frustraba, nunca nadie lo había desequilibrado tanto en tan poco tiempo.

Héctor no dijo nada pero no era necesario, su mirada lo decía todo, quería saber que había sucedido con su familia, con su pueblo... ¿Había caído? Habían...

— Tranquilo, tu hermosa ciudad aún está protegida tras la muralla. - Dijo Aquiles y se quiso morder la lengua nada más hablar. - Tu padre y hermano están seguro si es lo que te preocupa.

Héctor pudo respirar con calma. Miró a Aquiles.

— Gracias por la información - dijo.

Aquiles se metió a la bañera, cogió una fina esponja y se la lanzó a Héctor.

— Lava mi espalda, siempre he querido que un príncipe me de un baño.

Héctor tomó la esponja y la vió por unos segundos hasta regresarla a Aquiles, la esponja choco contra el pecho del alfa.

— Lavatela tú mismo. - le dijo Héctor.

Aquiles no pudo evitar una sonrisa.

— ¿Te da vergüenza? No tengo nada que ya no hayas visto.

— Eres un patán.

Aquiles prefiero no seguir discutiendo, realmente estaba cansado. Se baño, comió y se acostó a dormir ignorando por completo a Héctor.

— Este idiota, realmente no me mira como una amenaza, es un presuntuoso, arrogante, narcisista. - Héctor hablaba por lo bajo, deambuló por la habitación, hasta que noto una daga entre las  cosas de Aquiles, sería tan fácil... Matarlo ahora. Héctor tomó la daga y camino sigilosamente hasta Aquiles. .

Se arrodilló al lado de Aquiles y acercó la daga a la garganta del alfa, sería tan sencillo... Si lo mataba ahora evitaría que el Alfa matará a más de sus guerreros y...

— Házlo. - Aquiles habló y Héctor se sobresaltó al ver la fija mirada del alfa en sus ojos. Era hermoso, el dios Apolo debería envidiar la belleza de Aquiles. - Si no me matas ahora pensaré que realmente te gusto.

Héctor trago saliva, no entendía que le sucedía con este alfa, lograba sacarlo de sus casillas en minutos pero también lograba sorprenderlo.

Aflojó la daga que tenía presionada contra el cuello de Aquiles y este lo tomo y lo puso debajo de su cuerpo.

No podía seguir negandolo más le gustaba Aquiles y se sentía débil en los brazos del alfa, le quería... Aún cuando desbordaba arrogancia.

Aquiles tomó la daga y la lanzó lejos de lecho.

— Dime qué me detenga y lo haré. - dijo Aquiles.

Héctor enterró una de sus manos en el cabello rubio del Alfa, lo miró a los ojos y lo besó, Aquiles le respondió.

#Conti?

El Omega de TroyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora