El Omega de Troya

Parte 1

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No entendía porque debía estar en este lugar, aquí solo habría un acuerdo de paz y eso no había ninguna grandeza, no había batalla que ganar así que no entendía porque Agamenón lo hizo venir.

— ¿Aburrido? - Preguntó Odiseo mientras se sentaba al lado de Aquiles.

— No entiendo ni siquiera para que le hice caso a Agamenón y me uní a este montón de viejos gordos que jamás han peleado sus batallas.

Odiseo se rió con fuerza.

— Hey, no hay que ser tan ofensivo la próxima vez... Puede que sea viejo pero aún no estoy gordo.

— También eres el único rey que se une en las batallas con sus hombres... Tú no eres como ellos. - Aquiles entrecerró los ojos y vio a Agamenón, no entendía que tramaba el hombre - No entiendo, hasta hace un par de día Agamenón se rehusaba a firmar un acuerdo de paz con Troya, hasta discutió con Menelao y ahora estaba aquí...

La puerta principal se abrió y fue anunciado la llegada de los Troyanos. Aquiles fue el único que no se puso de pies para recibir a los dos príncipes.

Entraron dos hombres jóvenes ataviados de ropas caras, eran los príncipes y fueron recibido por ambos reyes hermanos... Aquiles miró al que seguramente era el hermano mayor... Tan hermoso, ni siquiera pareciera ser un Alfa dijo.

— Es que no es un Alfa.- le respondió Odiseo mientras se sentaba al lado de Aquiles.

Aquiles lo miró mientras esperaba más información.

— El príncipe Héctor es un Omega, Troya a diferencia de Esparta no menosprecia a los Omegas como si solo sirvieran para traer crías, allá... Los entrenan igual o hasta más fuerte que un alfa. - explicó Odiseo. - Se dice que el príncipe Héctor es el guerrero más fuerte de todo Troya... Que hasta más fuerte que el gran Aquiles.

Aquiles volvió a ver al príncipe Hector mientras hablaba con Menelao y se rió.

— En el único lugar donde lo dejaría estar sobre mí... Sería en el dormitorio.

Ambos alfa se rieron del chiste.

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Todo estaba marchando de maravilla, compartieron alimentos con Menelao y Agamenón, el acuerdo de paz había sido aceptado y firmado... Pronto las guerras se acabarían y él podría estar tranquilo... Tener una vida relajada, sé conseguiría un buen Alfa y podría tener cachorros y criarlos en tranquilidad...

Nunca pidió está responsabilidad, pero la tenía por ser el hijo mayor, vio a Paris beber licor y reír, su hermano siempre era el alma de fiesta y podía no tomarse en serio nada, claro que entendía que era más joven... Cinco años más joven que él.

Cuando el tenía 19 años solo se dedicaba a entrenar y Paris, él solo se dedica a divertirse.

Conocer a Helena había sido un impacto, nunca había conocido a una Omega tan hermosa como era la esposa de Menelao... Envidio un poco su belleza y delicadeza.

Miró a sus nuevos aliados, se fijó en sus rostros... Eran guerreros y nada más por eso se ganaban su admiración. Sus ojos avellanas hicieron contacto con unos de color azules y que lo veían de forma intensa, sintió un escalofrío por su espina dorsal.

Nunca había tenido que desviar la mirada a un Alfa pero este le había logrado intimidar.

— Veo que ya vio a Aquiles.. - Agamenón se acercó y le hablo a Héctor. - Es el mejor guerrero de toda Grecia.

Héctor miró a Agamenón y sonrió con nerviosismo.

— Ya veo.

— Quiero que sepa que cuenta con nuestras tropas también... Príncipe.

— Gracias. - Le respondió, se sentía raro al rededor de Agamenón, este alfa... No había hecho nada para  disimular su olor y dejar en claro que buscaba aparearse... - Yo... - Héctor empezó a buscar con la mirada a su hermano menor. - ¿No ha visto a Paris?

Agamenón recorrió el salón con la mirada y se topó con la mirada de Aquiles  que no dejaba de observarlos y luego su hermano Menelao que bebía y reía con los demás príncipes y reyes.

— Me temo que no sé a dónde iría su hermano. ¿Le gustaría algo de beber?

Héctor le sonrió tenso.

— Sí. - Lo mejor era ser cortés, mañana no tendría que volver a verlos.

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Su mirada se perdía en el profunda mar, todo había sido un éxito y pronto estaría en su amada Troya.

Héctor aspiró todo el aire que pudo soportar sus pulmones.

— Hermano... - Paris se acercó a Héctor y lo llamo.

Héctor le sonrió al verlo y le dió un abrazo.

— Ya pronto llegaremos con la buena noticia a Padre.

— Héctor... - Paris volvió hablar con expresión seria, Héctor esta vez lo imitó.

— ¿Qué pasa?

— Hermano... ¿Siempre vas a protegerme?

Héctor esta vez sonrió con ternura.

— Sabes que siempre lo haré ¿Que hiciste esta vez ? La última vez que me dijiste esas palabras habías robado el caballo de papá.

Paris lo vio con expresión seria.

— Me traje a Helena.

— ¿Qué? - Solo esa frase bastó para romper todos los sueños y esperanza de vivir una vida tranquila... Debió suponer que su hermana estaba haciendo algo malo cuando desaparecía de la fiesta cada tantos y... Él se distrajo por el Alfa de ojos azules... Y ahora... Cuando Menelao se enterará de que se llevaron a su esposa, rompería el acuerdo... El acuerdo por el que tanto había luchado...

#Conti?