Parte 4

932 96 27
                                    

#AquilesxHector #ElOmegadeTroya #Parte4

Aquiles siempre había alardeado de su facilidad de mantener el control sobre sus instinto pero ahora se daba cuenta que si nunca había sucumbido a ellos era porque no estaba con el Omega adecuado.

— No me está ayudando príncipe. - Le dijo con voz ronca a Héctor mientras intentaba ponerle una toalla mojada en la frente.

El olor de de Héctor estaba inundando todos sus sentidos, las gotas de sudor en su pecho y el maldito llamada cada cierto tiempo, sentía que no podría resistir.

— Por... favor - suplicó Héctor.

Para el príncipe de Troya tampoco era fácil, no podía reconocer su propia voz y estaba seguro que cuando volviera en sí se avergonzaría de su desfachatez al suplicar por el alfa.

Aquiles lanzó un gruñido al escuchar la súplica.

— Estoy seguro que esto no es lo que quiere. - Aquiles volvió a mojar el paño en agua fresca  e iba a ponerlo en la frente de Héctor cuando esté de lo arrebató y se lo lanzó a la cara.

Las pupilas de los ojos de Aquiles de dilataron al ver la muestra de rebeldía.

— No juegues con mi paciencia principito - Dijo Aquiles mientras tiraba del cabello a Héctor para verlo a los ojos.

La mirada de Héctor se veía algo perdida pero logró sonreír con seducción.

— ¿O sino qué? - preguntó mientras enfocaba la mirada en los ojos de Aquiles.

— O podría darte lo que tanto estás pidiendo.

— Cállate y házlo. - dijo antes de volver a cerrar los ojos y gemir.

El calor cada vez estaba peor y sentía que con cada minuto estaba perdiendo más su raciocinio.

Aquiles no podía apartar la mirada de la boca de Héctor, jamás había tenido entre sus brazos a un Omega como él y había tenido a muchos pero...

— Diablos... Solo un beso, solo uno - se dijo antes de inclinarse y tocar sus labios contra los de Héctor.

No estaba preparado para toda la ferocidad de su alfa interno, solo podía pensar en que el Omega le pertenecía y debía hacerlo suyo... El beso se fue convirtiendo cada vez más profundo, sus pulmones exigían oxigeno pero él no quería separarse de Héctor él...

— Por favor... Por favor... Al..fa - Fue todo lo que dijo Héctor y Aquiles supo que estaba perdido, después pensaría como debía lidiar con el odio del Omega.

— Sí, sí... Lo que quieras.

— Te necesito. - lloriqueo Héctor. - Por favor...

Aquiles hizo que Héctor se pusiera boca abajo y empinara el trasero para él.

Podía ver el agujero de Héctor estar tan mojado, metió uno de sus dedos y el príncipe gimió.

— Sí.

— Por favor, dime qué me detenga. - Dijo una última vez Aquiles.

— Te necesito.

Aquiles tomo del lubricante natural que derramaba Héctor y envolvió su miembro, ya no había vuelta atrás, aún si Héctor se lo pedía no podría detenerse.

Guío su pene a la entrada de Héctor y la sintió dilatarse al toparse con la cabeza.

— Sí, sí... - Héctor empujaba su trasero para enterrarse.

— Con calma mi pequeño príncipe.

Entro con lentitud, aunque el canal estaba  completamente lubricado y abierto no quería hacerle daño, siempre había pensado que no existía una mejor sensación que ganar una batalla que iluso, estar dentro de Héctor era la verdadera gloria.

La mente de Héctor estaba en blanco, jamás había sentido algo así.

Aquiles embistió una y otra vez sin descansó, necesitaba tanto esto como el mismo oxígeno, sus caninos dolían por enterrarse en la tierna piel del principe pero sabía que no debía, no debía marcarlo, no así...

Después de unos minutos sentía comí su vientre se tensaba estaba apuntó de...

El nudo se formó y su pene empezó a eyacular continuamente, solo necesitaba enterrar sus colmillos en el cuello de Héctor y el Omega sería completamente de él, podría asegurarlo y embarazarlo y... Una pequeña voz en el fondo también le recordó que podría asegurar el odio eterno del Omega, cerró los ojos y mordió su antebrazo, el sexo solo era sexo pero... Un lazo de unión no era su decisión.

*
*
*

Sentía un fuerte dolor de cabeza y su trasero no dejaba de palpitar adolorido también, Héctor abrió los ojos con lentitud, intentando ubicarse.

Lo último que recordaba era... Era haber sido secuestrado por Aquiles y... Abrió los ojos de golpe y gimió al sentarse de golpe, todo su cuerpo dolía y... Siguió el peso de una mano en su regazo, junto a él estaba Aquiles completamente desnudo.

— Hola Alteza.

Héctor se cubrió con unas sábanas, pequeños recuerdos de los últimos días llegaron a él, la mayoría era teniendo sexo con Aquiles, Aquiles alimentándolo para luego tener sexo y... No pudo evitar sonrojarse.

— Veo que tiene algunos recuerdo de...

— Eres un imbécil, como pudiste aprovecharte...

Aquiles frunció el ceño.

— ¿Aprovecharme? Solo tomé lo que tan ansiosamente me estabas ofreciendo.

— Cállate!!

Héctor tanteaba su cuello con desesperación, no podía estar enlazado a este alfa, no podía... Haber...

— Tranquilo, no te marque - Aquiles se levantó de la cama completamente desnudo y le enseñó uno de sus brazos que estaba... Lleno de hematomas y mordidas. - No estás preñado tampoco.

Héctor sintió un poco de alivio al escuchar las palabras de Aquiles.

— ¿Y debería agradecerte por esto?

— Para alguien que suplicaba por mi verga hacer un par de días atrás, estás siendo bastante odioso.

El príncipe lo miró con odio, Aquiles caminaba por el lugar con altanería y sin una pizca de vergüenza.

— Supongo que querrás darte un baño.

— Pudrete. - fue todo lo que dijo Héctor antes de cubrirse con todas las mantas posible, los olores de él y Aquiles impregnaban todo el lugar era una mezcla de olores casi perfecta y eso molestaba a Héctor, siempre pensó que el Alfa con él que estaría sería... Diferente.

Aquiles se vistió y salió del lugar, al rato Héctor vio a dos hombres entrar con agua para una bañera y a otro con un plato de comida, se sonrojó al recordar a Aquiles alimentándolo en mitad del celo.

No recordaba cuántos días habían pasado, necesitaba regresar con su pueblo, necesitaba seguir luchando y...

Estaba comiendo cuando sintió que otra persona entraba nuevamente al lugar.

— Así que es cierto los rumores... El príncipe Héctor no es más que la puta de Aquiles. - Dijo Agamenón.

Héctor hizo contacto, no tenía nada con que defenderse, para el rey sería tan fácil...

#Conti?

El Omega de TroyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora