Parte 6

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#AquilesxHector #ElOmegadeTroya #Parte6

Tomó con ambas manos la cadera de Héctor y embistió con fuerza, podía ver la espalda esbelta de Héctor curvarse con cada estocada. El interior del principe era cálido y lo recibía a la perfección.

Héctor gimió al sentir la polla de Aquiles contra su dulce botón, ahora podía entender mucho mejor a los Omegas que se doblegaban ante un Alfa, no entendía como había podido vivir toda su vida sin sentir esto...

— Por favor...

— Sí. - Aquiles aumento la velocidad de las embestidas. - Ya casi. Sí...

El Omega apretó la sábana cuando sintió formándose el nudo en la base del pene de Aquiles, el Alfa iba a retirarse cuando escuchó.

— Por favor... No te salgas, por favor... Te necesito.

Fue lo que necesito Aquiles para seguir, había querido anudar a Héctor desde que lo vio en Esparta.

Sintió como el nudo poco a poco se expandía en su interior y gritó, dolía pero a la vez sentía tanto placer.

Se dejó caer en el lecho llevándose con él todo el peso de Aquiles en su espalda.

— Cuidado, puedo hacerte daño. - dijo Aquiles intentando eliminar un poco el peso sobre la espalda de Héctor.

— Puedo soportarlo... - Dijo Héctor con la voz un poco entrecortada.

Aquiles repartió besos por la nuca de Héctor y los puso a ambos de lado. El Omega se dejó hacer.

— ¿Me sientes? - preguntó Aquiles mientras una de sus manos recorría el plano vientre del Omega.

— Tendría que estar muerto para no sentir tu polla enterrada en mis entrañas. - Héctor respondió mientras daba un bostezo.

Aquiles sonrió.

— Descansa.

— Esto no cambia nada... - dijo Héctor con los párpados cayendo de cansancio.

El alfa espero unos cuantos minutos hasta sentir su nudo deshaciéndose, Héctor estaba dormido, se quejó cuando Aquiles sacó la polla de su interior.

Aquiles los arropó a ambos con una manta y abrazo a ambos, se sentía protector y territorial. Le dió un beso en la frente a Héctor que ahora descansaba su cabeza en uno de los hombros de Aquiles.

— Te equivocas príncipe, esto lo cambia todo. - dijo pero solo él escucho.

*
*
*

Abrió los ojos algo desorientado y se sonrojó al recordar la noche de pasión que había compartido con él Alfa. Se puso ambas manos en la cara y quiso gritar era un tonto, se enamoró del último Alfa qué debería fijarse, seguramente en este momento Aquiles estaba matando a sus guerreros.

— Diría buenos días pero pareces que no estás teniendo un buen día. - Aquiles habló y Héctor se sobresaltó.

— ¿Que haces aquí? - preguntó.

—  ¿En dónde más estaría?

— No lo sé... ¿Matando inocentes?

Aquiles sonrió.

— Huyamos juntos. - Aquiles soltó de golpe.

— ¿Qué?

— Es inevitable fingir esto que sentimos el uno por el otro, nos atraemos.

Aquiles le acercó una camisola a Héctor. El Omega se la puso, no podía tener esta conversación mientras estaba completamente desnudo.

— Yo no puedo... No puedo dejar mi pueblo.

— Algo me dijo que dirías eso. Dejaré la guerra por tí.

Héctor sonrió con tristeza.

— Tú la dejaras pero Agamenón no.

— Lo sé, es por eso que te propongo ayudar en batalla tu pueblo a cambio de que cuando todo termine, te quedes junto a mí.

La mente de Héctor gritaba "SÍ" esto era todo lo que quería, podría conseguir la paz que tanto anhelaba y su alfa, ambas cosas por igual.. pero... ¿Y si era una trampa?

— ¿Quieres... Ser el rey de Troya?

Aquiles rió con fuerza.

— No hay nada de glorioso en ser un Rey.

— No entiendo, ¿Entonces?

— Mi madre una vez me dijo que podía volver un guerrero, el mejor guerrero nunca antes visto, que moriría joven pero que mi nombre sería recordado por toda la eternidad o podía ser un simple hombre, que tendría una gran familia y que viviría una larga vida pero con el tiempo sería olvidado. - Aquiles le lanzó una intensa mirada a Héctor. - Estaba convencida que lo único que necesitaba era ser reconocido pero ahora... ¿Por qué no puedo tener ambas cosas?. Si ganamos la guerra, no importará el bando en el que estoy, esto siempre será recordado.

Héctor se levantó de lecho, la camisola dejaba entre ver su perfecto pecho, su rostro enmarcado por su fino cabello.

Tomó la mano de Aquiles y depósito un beso en su dorso.

— No sé que pueda deparar mi destino, pero yo lo único que quiero es que no haya más guerra, vivir una vida tranquila y quizás - sonrió con ternura al decir esto último - tener un par de cachorros.

— No puedo prometer que no habrá más guerra pero lo último si que puedo prometertelos.

— Acabemos está guerra, entonces.

#conti?

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⏰ Última actualización: Mar 14 ⏰

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