Mi teléfono sonó a las 6:10 de la mañana interrumpiendo mi sueño, no quería responder, estaba tan cómodo en la cama con Rin abrazada a mi que me hacía desear estar así todo el día, pero el llamado era tan insistente que me vi forzado a responder. Solté un "Hola" cargado de sueño que fue respondido con el cortes "Buenos días" de mi jefe que pedía con urgencia a alguien que fuera a apoyar el turno, me negué, pero cuando lo oí ofrecerme un buen pago por las horas extra simplemente acepté.
Con cuidado de no despertar a Rin me levanté y acomodé una almohada a su lado para que estuviera cómoda, al ver que se aferraba a la almohada me fui a bañar, me puse el uniforme y antes de irme le dejé el desayuno hecho a Rin y sobre su teléfono una nota avisando que estaría en el trabajo. Salí de casa a las 7:05 y empezó mi día laboral. No hablaré mucho de mi trabajo ya que es algo aburrido y a veces algo abusivo.
Después de terminar la escuela planeaba tomar un año sabático para meditar que haría con mi vida, después de pensarlo mucho decidí que no gastaría 5 o 6 años completos de mi vida en la universidad y simplemente opté por un instituto para sacar un título técnico de nivel superior como asistente de párvulos, estoy cursando mi tercer semestre, el penúltimo, mientras estoy en eso trabajo en un hotel como parte del servicio y entre medio también apoyo a Rin.
Mi vida no es tan ajetreada como suena, usualmente me levanto a las 7:30 con Rin, hacemos ejercicio juntos, desayunamos y apenas a las 9:00 me voy al trabajo, después me voy a almorzar con Rin, vuelvo al trabajo hasta las 17:00 y el resto del día le dedico a estudiar hasta que Rin vuelve a casa.
Nos mudamos juntos luego de que ella debutara como luchadora, esta era la casa en la que vivía de pequeña cuando su padre seguía vivo. Como estuvo en desuso mucho tiempo fue difícil limpiarla, pero luego de dedicarle 2 semanas de limpieza profunda logramos convertirla en nuestro hogar.
[. . .]
Mudarnos de ciudad siempre fue algo común en mi vida, mi madre era una mujer de negocios, así que siempre se estaba moviendo de un lugar a otro, así fue como terminamos en Tokyo y yo en una escuela con mala fama por sus matones. Sobre decir que los cambios constantes de escuela, ciudad y de casa trajeron problemas sociales complicados, llegué a un punto en el que simplemente llegaba a un colegio nuevo y buscaba una rincón cómodo para sentarme solo en cada recreo, hacerme de amigos era inútil si al final tendría que irme de todos modos.
Tenía 11 años cuando la conocí, el 18 de abril exactamente, luego de pedir permiso para ir al baño me encontré con algunos matones que aparentemente estaban aburridos y decidieron que era buena idea acosar al niño que no habla con nadie. No era bueno defendiéndome, de hecho ni siquiera lo intenté, sólo sé que uno me tenía agarrado por el cuello de la camisa y luego oír un golpe seguido de varios insultos dirigidos a alguien más y él soltandome.
Frente a mí había una niña rubia, delgada y pequeña dando escobazos a diestra y siniestra hasta que se fueron. Ella volteó y me miró con esos ojos azules preciosos, me extendió la mano para ayudarme a ponerme de pie y tras eso nos hicimos inseparables, fue una conexión instantánea, simplemente perfecta, algo intenso que sentí apenas rozar su mano.
Al cabo de 2 meses mi mamá dijo que nos debíamos ir otra vez, pero me opuse, incluso le hice un berrinche y mi madre no supo que hacer con eso, no era la mujer más maternal del mundo, así que supongo que decidió cumplir el capricho de su hijo de 11 años que por primera vez en su vida le armaba un berrinche sobre algo y nos quedamos.
Al cumplir 14 le declaré más sentimientos a Rin y hasta el sol de hoy agradezco haber sido correspondido por ella.
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Mi motivación.
Fanfic-Desde que soy pequeña he admirado a mi padre: él era boxeador, uno grande e importante y yo deseaba ser como él. Un día papá murió. Yo me sentía perdida, ya no tenía a alguien que me guiara por la vida, así que después de reflexionar un poco, decid...