𝟎𝟏𝟐| Irresistible attraction

331 42 30
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 —Clase, por favor, déjenme sus ensayos al salir —ordenó la profesora Figg al finalizar la lección, su voz resonando en el aula como un eco persistente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 —Clase, por favor, déjenme sus ensayos al salir —ordenó la profesora Figg al finalizar la lección, su voz resonando en el aula como un eco persistente.

Isadora, temerosa de ser reprobada, inhaló hondo y se acercó a la mujer, sintiendo el peso del miedo en su pecho. Honestamente, no había tenido tiempo de pensar en el ensayo; su mente había sido un torbellino en los últimos días, incluso durante el descanso de Navidad.

—¿Sí, Malfoy? —preguntó la profesora, tirando de sus lentes hacia abajo y clavando su mirada en la joven, que se sintió expuesta.

—Disculpe, profesora... yo... —Isadora cerró los ojos por un instante, luchando por encontrar las palabras adecuadas. —Realmente no tuve mucho tiempo para trabajar en él. Mi cabeza ha estado... en un lío, y me preguntaba si podría redactarlo ahora... ¿por favor?

La profesora Figg, con un aire que recordaba a alguien que consume infusiones de hierbas, sonrió con compasión. —Claro, tesoro, siéntate aquí y empieza. Exprésate.

Isadora tomó asiento, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad. Suspiró, preparándose para abrirse. La señora Figg tomó las manos de la rubia y la miró con expectación mientras ella observaba el poema una vez más, como si cada palabra tuviera el poder de cambiar su destino.

—Los placeres violentos tienen finales violentos —recito, tratando de formar un análisis decente—creo que, si alimentamos pecados placenteros, tienen consecuencias. Tienen su triunfo en la propia muerte, porque de alguna forma nos alientan a seguir hasta siempre, de tomar ese veneno como si fuera agua, aunque sabemos que es horrible. Del mismo modo que se consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz, porque exactamente así, el sabor de eso te da una sensación de diferencia, de libertad —se detuvo un segundo al pensar que quizá estaba expresándose demasiado—pero esa libertad se desvanece o sigue en cuanto te das cuenta de aquellas consecuencias que son propias del acto.

CARDIGAN¹ 𝒇𝒕. Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora