Ruptura sin cepultura

El color de tu (aus)presencia

Café y verde,
se volvieron mis colores favoritos,
los colores más profundos que vi,
después de conocerte ante diluvio mio.

Quizás me gusta pensar que éramos el azul en la calma del radiar de tus brazos,
el rojo en la pasión de tus labios,
el amarillo en la alegría de tu sonrisa,
y el verde en toda tu sabiduría.

En ti vi tantos nuevos colores,
que me cuesta explicar lo que mi pecho guarda,
una sensación de estallido,
que siente nada será suficiente para explicarte el paisaje que en mi ha nacido.
Nacido de ti y tu recuerdo bien bonito.

Y me destroza pensar que,
al final los colores que menos nos gustaban
se convirtieron en la pintura de lo que tus ojos vislumbrarían.
Cuando solo quería seguir mirando de cerca,
la pinturezca obra de tu compañía.

Pensé y espero erróneamente en una lección todo se convertía,
pensé que tenerte a mi lado,
a ti también te oscurecía.

Pensé que el brillo de tu ser y la luz de tu alma, podían doler y quebrarse ante decepción,
ante lo poco que podía dar que fuera merecedor.

Aun así solo sigo viendo paisajes a diario,
Aún así espero que sepas que sonrío y en tu recuerdo me ovillo,
me siento en calma en el cobijo del recuerdo de tus brazos,
y avanzaré a brazos abiertos con lo que esta maravilla de mundo Dios me ha dado.

Y porque me sorprendió contigo,
en discordia y desconocimiento,
y ahora en serenidad y experiencia,
entierro en mi,
para tejer un nuevo gorrito.

Uno para mí con un recuerdo en el corazón, y para hilar nuevos momentos.