Partida

5 1 0
                                    

¿Será que moriré sin saber de ti?,
un personaje pasajero en tu travesía en el orbe,
¿será que olvidarás que algún día estuve allí?
me gustaría vieras que quería ser eterna.

No soy cobarde,
no soy un mártir,
no busco dañar,
pero el peso es tanto que siento me va a inundar.
¿Y si me voy y me arrepiento tanto que mis uñas se aferran a este hermoso lugar?.

¿Y si no puedo ayudarlos? y sufren por mi.
El miedo.
La culpa.
Cargar un peso distinto en mí.
Solo quiero soltar.
Y no quiero pensar o que piensen que me rendí.
Que fui un momento.
Y en solo eso me convertí.

Yo de verdad amo la vida.
Y me he aferrado cuando ni fe había.
Cuando no había donde aferrarse.
Cuando había solo oscuridad ahechándome.

Logros inmensos me siguen en mis pasos. Tengo miedo no valgan si es que fallo.
¿De qué servirán todo lo que tanto he luchado? ¿Que cambio hará todo lo que he predicado?

Todo lo que he llorado, gritado y reído.
¿De que sirve si al final seguí solo para irme?
¡No cederé!.
Ni aunque me arrebaten cada parte de aquello que ahora nutre mi ser.
Ni aunque traigan a nuevos hermosos seres para quitarlos del anden.
Ni aunque viva miles perdidas.
Ahora veo que nunca perderé la mía.

¡Mi palabra a mi misma se mantendrá de pie!
Si no lo es, la cambiaré.
Creceré, mejoraré, aceptaré,
haré todo a mi alcance solo para hacerme ver
día tras día,
noche tras noche,
que cada pena, que cada grito,
se terminó convirtiendo en risas, y en jubilo.

Porque si ahora lloro,
es porque amo,
y llorar por amor,
lo vale cada rato, cada lágrima,
lo vale visto de todos sus ángulos.
Porque lloro de alegría del gran amor que he vivido,
y aunque lleguen más,
si algo ha de irse,
lloro de agradecida de que ese algo haya llegado.

Lloro porque no se expresar de otra forma,
la gran inmensidad que llena mis brazos.
De sentir amor, de sentirme amada,
de que no importa quién se vaya,
dejaré que así sea,
pues yo a mi también me amo.

Porque yo si he de ser algo,
es ser un gran soldado,
uno que confía en la vida,
aún cuando no veo ni la meta o el lugar de partida,
confío que cada pena será causa de mi gran sonrisa,
traerá alegría a otros y a mi misma,
se la traerá también a todo gran ser que se cruce por mi vida.

Nunca cederé.
Al menos no lo hará mi mente sino mis pies.
Mi paso no será eterno, pero definitivamente no será efímero en mi mano.
Efímero a manos de Dios,
más no a la mirada del humano.

Más aún en mi, que dure todo lo que tenga que durar.
Haré durar cada segundo en mi paso.
Sea el segundo más desgarrador u horrible.
Sea el más sangriento.
Sea el más sufrible.
Luego vendrá el más gozable,
el mas hermoso,
el más asequible.

Porque antes también pensé no vendría y llego lo que no esperaba.
La vida me sorprendió con una bella mirada.
Y se que me sorprenderá con nuevas,
aunque no quiera verlo,
al mismo tiempo, mis brazos se abren a lo nuevo.

**

Ruptura sin cepulturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora