𝘾𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 5: Ú𝙣𝙞𝙘𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙖ñí𝙖

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Aún salía el primer rayo de la luz del sol cuando empezó a sonar mi alarma a las 6:00 a.m. e inmediatamente me levanté, era una niña muy imperativa, además de muy activa y bromista (Supongo que es normal en una niña de tan solo 7 años). Tenía a mi hermano mayor quien rondaba en la edad de 12 años. A esa edad era el orgullo total de mi familia, era el King de su secundaria y querían que yo siguiera el mismo camino pero apenas podía con los de mi edad. Sí, aún era muy débil. 

Esa misma mañana bajé como siempre sonriente de las escaleras para desayunar, toda mi familia ya estaba ahí esperándome, saludé amablemente a todos sentándome en mi respectivo lugar; la dama de servicio en la cocina sirvió a cada uno su plato, se veía exquisito a primera vista, incluso en su sabor y textura era espléndido. Estaba por terminar mi desayuno hasta que pidieron a mi hermano que se retirara de la mesa y sin dudarlo accedió, quedé sola con mis padres sin entender su actitud, y sin terminar de comer retiraron mi plato enfrente mío, lo mismo con los de mis padres.

-Rein. - Me habló mi padre. -  Sabes que eres una niña que dota de excelentes habilidades por parte de tu madre con el potencial de tu padre. Y por eso mismo esta será tu primera prueba.- Fue directo con lo que quería.

-¿Prueba? ? ¿De qué prueba hablas, papá? - Pregunté, no entendía la razón del por qué se mencionaba tal prueba. En eso entró mi madre. Alguien muy directa al hablar.

- Es una decepción para mi familia que no hayas tenido un logro con los grandes beneficios que tienes de tu familia. Incluso tu hermano ha logrado más que tú. - En parte me sentía mal por lo que mencionaba mi madre. - Nos hemos ganado el respeto por medio de nuestros grandes dotes, por eso mismo queremos demostrar a toda la familia que eres capaz. Y por eso mismo te prepararás.

- ¿Prepararme? ¿Para qué? - Pregunté. 

- Necesitamos que empieces con tu primera pelea con una persona quien puedas derrotar. No importa si la dejas gravemente herido. - Esto obviamente me asustó. Pero negarme no iba a servir conociendo como eran mis padres así que solo accedí. 

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Pasaron pocos días y finalmente había tenido a mi primer contrincante. No sabía su nombre pero me serviría para entrenamiento, además no sabía qué tipo de habilidad tenía y eso sería un reto para mí. Le calculaba una edad aproximada de 10 años. 

La pelea inició y no dudé en mostrar un destello en mis ojos producto de mi habilidad demostrando que ya estaba lista para usarla y en consecuente mi contrincante también. Mis padres permanecían a la distancia observando. Solo podía emerger de mi espalda cuatro brazos arácnidos por mi falta de dominación y uso. Pero mi contrario tenía la capacidad de aparecer cuchillas en forma de media luna, me asusté dado a que nunca había estado en una pelea real. Fueron pocos segundos para procesarlo que inmediatamente empezó a atacarme. Solo pude hacer mis brazos en X para manipular las patas de araña para que me sirvieran de "escudo".

- (No sé como hacer esto, por favor Rein, piensa. Y rápido) 

Dudé pero con los ojos cerrados ataqué a mi contrario, pero para cuando abrí los ojos ya no estaba frente mío, y para cuando me di cuenta estaba detrás mío y sin tiempo de reaccionar me habría atacado por la espalda, dado al poco desarrollo de la habilidad del contrario esas cuchillas solo hacían cortes y se desvanecían, pero aún así herían lo suficiente para sangrar, el ardor me hizo sollozar un poco y en respuesta defensiva manipulé las patas de araña para que atacaran directamente a mi contrario llegando a hacer perforaciones en las extremidades de mi contrario, impidiendo su uso de las manos con las que principalmente "dibujaba" aquellas cuchillas. En un acto impulsivo decidí continuar los ataques hasta que mi padre gritó.

- ¡Alto! Ya tenemos la ganadora. - Mi contrario se quejaba del dolor e inmediatamente me di cuenta y dejé de hacer uso de la habilidad desvaneciendo de mi espalda aquellas patas y sentándome de golpe en el suelo mientras jadeaba, pero aún permanecían los cortes en mi espalda los cuales me producían dolor.

- Fue más rápido de lo esperado, felicidades, Rein. A este paso le demostrarás a la familia que eres digna de estar entre nosotros, pero aún no te hagas ilusiones porque vendrán retos mayores. - Decía mi madre mientras se acercaba sin preocuparse por mis heridas, tampoco mi padre. Parece que en ese momento solo les importaba mi triunfo.

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En casa me atendieron las heridas, pero no mis padres sino las damas de servicio. No sabía de qué modo sentirme pero entró inmediatamente mi hermano cuando las damas se fueron. 

- Rein. - Era raro que me hablara, siempre era muy distante. - Te pediré un gran favor.

Se acercó con cautela a mí y yo sonreí, pensaba que era algo bueno lo que me iba a decir, pero al estar frente mío con su mano derecha sujetó con fuerza mi rostro mientras me fulminaba con la mirada mostrando odio, me alarmé pero su presencia tan autoritaria y dominante aturdió mis movimientos. Su sombra se reflejaba en mí impidiendo el paso de luz. 

- Más vale que no me hagas pasar por un infierno, luché mucho para llegar a donde estoy. Ese niño no era más que alguien más débil que tú, por eso lo venciste fácilmente. Por el contrario yo... - Silencio. - Yo luché la primera vez con alguien el doble de fuerte que yo, y no permitiré que una niña ingenua como tú quien se hace llamar mi hermana me haga salir de ese trono en el que estoy. 

Soltó mis rostro y sin dejarme responder salió de la habitación, en definitiva no esperaba esa amenaza por parte de mi hermano, me dejó conmocionada y mi corazón latía rápidamente.

De pronto mi realidad comenzó a cambiar.

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ACTUALIDAD:

Nuevamente estaba en mi habitación compartida, o al menos solo pocas horas más, pues ya había alquilado un departamento propio no lejos de la escuela. ¿Cómo lo pagué? Simple, con el dinero mensual que me envían mis padres para mi manutención, después de todo aún seguía siendo menor de edad. Esperé un poco y hablé con Betzy sobre mi traslado, ella no se lo esperaba pero me apoyó y me dió su número para seguir en contacto.

Salí con mis cosas de aquella habitación en camino al departamento. pero antes fui a un lugar de mascotas. Quería adoptar un perro, entré y pedí que me enseñaran los cachorros, me enseñaron los más limpios y lindos, pero en una celda vi a un cachorro de 7 u 8 meses que estaba acurrucado, a comparación de las demás mascotas este parecía más triste. Me conmovió así que solicité ese. me ofrecieron en llevarlo en una pequeña jaula especial pero decidí no hacerlo y que lo llevaría en brazos. Ya había pasado mucho tiempo en una jaula para estar en otra. 

Unas horas después me hospedé en ese lugar acogedor, pequeño pero suficientemente grande para una sola persona. instalé todo en su lugar y decidí subir a la cama al pequeño cachorro y me senté a su lado. Sonreí y acaricié su cabeza, parecía confundido y por ello no movía la cola pero entendí y por eso dije lo siguiente...

- A partir de ahora te llamarás Husk, tú y yo seremos nuestra única compañía...

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Fin.


Aún se vienen las cosas chidas AHHHHHH.

Pasión ArácnidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora