𝘾𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 6: 𝙉𝙤 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙤

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Pasaron varios entrenamientos y cada uno los enfrentaba fácil o difícilmente. No siempre salía ilesa pero sí ganadora. Transcurrieron alrededor de 2 meses cuando debía presentarme ante el resto de la familia tanto materna como paterna, pero como siempre, no sabía con quien es que debía enfrentarme esta vez.

Pero antes de empezar debía prepararme, por ello estaba en mi habitación pero en eso entró mi madre.

- Rein. - Mencionó empezando a caminar con cautela hacia mí y eventualmente volví mi mirada hacia ella. - ¿Te has preguntado como es que nosotros triunfamos?. - Yo solo asentí afirmando mi duda con respecto a lo que preguntó.

Mi madre siempre impactaba con su presencia igual o peor que la de mi padre y eso me ponía nerviosa.

- Sin importar contra quién debíamos luchar dábamos todo de nosotros y los destrozábamos. - Hizo una pausa y se agachó a mi altura. - Por eso tú debes ganar por el bien de nuestra familia, si no... - Hubo segundos de silencio de suspenso hasta que fulminó con la mirada y me advirtió lo siguiente. - Si no olvídate de que tu familia sea generosa contigo.

Esto sin duda lo tomó como una advertencia y temía defraudar a su madre y a toda la familia, pues quería ser tan fuerte como ellos y ser rechazada no le agradaba.

- Sí madre... - Dije con la mirada baja y con algo de temor y duda. Ella me sonrió, se levantó y salió del lugar para reunirse con la familia.

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Después de aquella "charla" con su madre había llegado la hora. Toda la familia estaba reunida con cierta distancia que permitía tener un área amplia para que se diera a cabo aquella batalla, mientras yo permanecía en el centro de ese círculo sintiéndome agobiada por las miradas pesadas de todos. Pero al igual que yo todos esperaban ansiosos ver contra quién me enfrentaría y ese suspenso duró por al menos un minuto hasta que mi hermano hizo acto de presencia y esto me impactó ¿Era contra él con quien me iba a enfrentar? Era claro que él tenía más años de experiencia en las luchas que yo, pero eso no era lo que me causaba temor y angustia, sino que en ese preciso momento recordó aquella amenaza que anteriormente le hizo.

A la lejanía pude lograr alcanzar a oír un comentario que decía: "Sería un milagro que ella obtuviera la victoria" y era cierto, pero si ganaba ignoraría el hecho de las consecuencias por la amenaza de mi hermano. Tuve poco tiempo para tomar una decisión cuando finalmente se indicó el inicio de aquel enfrentamiento e inmediatamente inicié mi "protocolo de defensa" poniendo frente mío aquellos brazos arácnidos.

Mi hermano por otra parte tenía una variante de la habilidad de mi madre que era básicamente la misma que tenía mi abuela la cual le permitía emerger nuevos brazos de sus costados con la misma forma de mis brazos arácnidos, la diferencia es que él podía detectar mis movimientos y muy difícilmente podía darle algo de batalla pero me superaba por mucho en agilidad que para cuando menos me di cuenta estaba a mi costado derecho después de 10 minutos de pelea; quise defenderme pero nuevamente surgió el recuerdo de la amenaza de su hermano y la advertencia de su madre.

Estaba contra la espada y la pared...

Si ganaba o no igual iba a perder. - No puedo... - Dije y él sin titubear apuñaló no solo los costados de mi torso sino que también mis brazos impidiendo el uso de manipular mi habilidad mientras que él "empujó" con su pie izquierdo atrás de mis rodillas haciendo que cayera hincada y posteriormente al suelo aunque antes de chocar sobre la superficie apoyé una mano para detener la caía, mientras que con la otra la puse sobre mi herida; el dolor me aturdió que provocó aquel grito de dolor, era grave y me hacía gemir del dolor, nunca antes me habían herido de tal modo... Y jamás pensar que lo haría mi propio hermano. A pesar de esto podía escuchar risas de la familia, entonces supuse que me había puesto en vergüenza cuando tenía la oportunidad de defenderme. Pero lo que no sabían es que igual iba a salir perdiendo.

- ¡El ganador ha sido decidido! - Anunciaron a mi hermano como el ganador.

Nadie de la familia se dignó a ayudarme salvo las damas de servicio de las cuales una tenía la habilidad de detener el sangrado mas no de sanar.

Alcé la mirada hacia mis padres quienes me miraban con decepción sintiéndome devastada con esto.

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Atendieron mis heridas y en poco tiempo me recuperé, mas nunca mis padres se acercaron a verme como estaba o hablarme desde ese día. Pero mi hermano sí hizo acto de presencia.

- Miren nada más. - Reía con sarcasmo y burla. Se acercó a mí y yo aparté la mirada de él. - Siempre serás una niña tan indefensa. "No puedo" dijiste, y ¿Sabes? Tienes razón... - Se acercó a mi oído para susurrarme. - Nunca podrás, siempre serás tan débil como ahora. Te recomiendo irte acostumbrando a ser la oveja negra de la familia. - Se apartó y esbozó una sonrisa con maldad.

Me enfurecía que dijera tal cosa. - ¡Lárgate de aquí! - Exclamé y tan descaradamente tenía su sonrisa pero sin decir nada más salió de aquel lugar con calma.

El resto de la noche bajo la oscuridad agobiante de la noche que se encerraba en aquel cuarto lloré en silencio. Pensé que nada de esto podía salir peor.

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ACTUALIDAD:

Regresé de la escuela a casa, a mi cachorro le dejé alimento y agua además de algunos juguetes improvisados. En el camino le había comprado un collar con su nombre grabado junto a la dirección y contacto mío. Al entrar a casa lo llamé pero no apareció, me pareció raro porque pocos días atrás empezó a recibirme.

Me preocupó un poco y lo busqué hasta dar con él en mi habitación jugando con un pequeño peluche sobre mi cama, esta escena aparte de tranquilizarme me conmovió; me acerqué a acariciarlo y ponerle su collar nuevo. Después de eso quiso bajarse pero al parecer tenía miedo a hacerlo y al darme cuenta de esto lo ayudé a bajarse además de sentarme en el suelo. Aún manteniéndolo alzado lo acerqué a mi rostro mientras yo esbozaba una sonrisa de ternura.

- Husk, nunca creas que no puedes, eres fuerte y eso te impulsará a ser mejor y superar tus miedos, nunca digas "No puedo" ¿Sí? - Me causó algo de risa que le estuviera hablando cuando él no podía entenderme. Pero aún así daría todo para que sea un buen cachorro además de feliz.

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FIN.


Hoy se llora.

Pasión ArácnidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora