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Aun trataba de comprender como el logro hacer aquello, aún sabiendo todo sobre ellos. ¿Qué paso?, Fácil; el tan esperado día llegó para el chileno pero nerviosos para la mexicana, estaba parada frente a aquella puerta a la cual tenía que siquiera tocar para entrar por el poco resto de sus pertenencias, tomo aire más de una ves antes de tocar.

Lo primero que escucho fueron pasos muy rápidos hacia la puerta, ella sujeto su brazo aún con muy pocas ventas en su nerviosismo, sentía que tenía que llamar a alguien pero el miedo le gana.

La puerta se abrió revelando a la pequeña niña.

—¿Maria?. - sonrió y termino de abrir la puerta - ¡Mari!.

—¡Leo!. - le abrazo - ¿Cómo has estado enana diabólica?, ¿me extrañas te?.

—Mucho, te extraño muchísimo, - se separo un poco - ¿Donde estabas?.

—En casa de... un amigo. - ni ella se convencía de eso - Leo escúchame bien, solo vine por unas cosas y me voy.

—¿Por qué?.

—No puedo seguir aquí por mucho tiempo, pero te prometo que nunca te dejare de hablar.

—¿Lo prometes?.

—Lo prometo peque. - sacudió su cabeza.

—Pasa, ellos llegarán pronto.

Entro a su hogar y se apresuró a entrar a su cuarto el cual era un caus total, deste ropas rasgadas hasta su cama rota, ella no sabría decir quién fue el de la idea entre ellos pero poco le importaba, buscaba lo más que podía ropa que no estubiera rota, cosas rescatables en pocas palabras, su hermana le ayudaba en todo lo posible en ese momento.

—¿Leo?. - era la voz de Vegetta - ¿Donde estas?, trajimos tu comida favorita.

Ambas se miraron, la más pequeña salió para darle tiempo a la mayor en lo que ella buscaba alguna manera de salir de ese lugar, ella escuchaba como hablaban y comían como si nada, los pasos que se acercaban y pasaban de largo del cuarto donde ella nisiquiera se movía para no causar ruido alguno, eso fue durante unas horas hasta que se fueran a dormir.

Saco su teléfono y llamó al chileno pero no respondió, trato más de una vez pero no respondía ni leía los mensajes, optando por llamar al Omega en su última fe de vida en ese momento.

^—¿Hola?.

—Missa. - sonrió un poco - ¿Te puedo pedir un pequeño favor?.

^—¿Mafer?, ¿Qué ocurre?.

—Yo... Solo ven a recogerme, te mando mi ubicación.

^—¿Que es lo que ocurre?. - sonó alterado - ¿Mafer?.

Colgó la llamada y le mando su ubicación, se paro con mucho cuidado para salir de la casa, sostenía su mochila con una se sus manos y la otra la usaba para guiarse entre la oscuridad del lugar, respiraba de a poco, daba pequeños pasos, ponía atención al sonido de su entorno y a los olores.

Trato de abrir la puerta pero esta tenia llave.

—Mierda. - murmuró.

—¿A donde crees que vas Maria?.

Apenas voltearse fue jalada atrás y recibío un golpe de su padre en la cara, uno tras otro, ella los cubría y contra atacaba con algunos rasguños pero nada de gravedad a lo contrario suyo, el español miraba todo a su distancia con una pequeña sonrisa en sus labios.

Se logro apartar lo suficiente como para tratar de ponerse de pie, ella ya tenía un ojo morado junto con su labio partido y su padre apenas unos rasguños en su cara, el daba un paso adelante y ella daba dos atrás, se aferro a su mochila con fuerza, estaba pegada a la puerta, acorralada como una presa ante su depredador, asustada como un ratón y cansada como nunca antes, solo negaba mirando a todos lados en busca de ayuda pero no había, se sentía ya muerta al ver como su padre a quien alguna ves aprecio tanto, ahora era un mounstro sin sentido de la razón.

La puerta se abrío de un momento a otro, una mano la jalo antes de poder voltearse fuera de su hogar en cuestión de segundos, tratándose del Omega quien era quien la cubría poniéndose frente a su padre sin apartar su mirada de el mayor.

Maria, vuelve aquí en este instante you bastard. - gruñó saliendo de la casa.

Ella estaba por ir a él, pero él Omega la retuvo detrás - ¿Qué le hace pensar que ella volverá?.

Tu nisiquiera te metas mocoso.

—Me meto si yo quiero idiota de mierda, tu no eres quien para mandarme.

Eso saco de quicio al oji verde y a su pareja, mirando de cabeza a pies al chico, no reacciono a la voz del otro, pensaron en que era un Beta pero de el empezó a emanar un olor fuerte y fermentado, como si fuera una piña podrida, un Omega que no se doblegaba ni reaccionaba ante su voz no era normal, no era lo que tenía que pasar.

—Listen to me carefully, - recompuso su compostura - You will leave right then and leave that bastard here, or else I will-.

—¿Golpearme?, ¿Atacarme?... - sonrió - ¡Hazlo!, yo no soy quien tendrá mas problemas con la ley.

—¿What?. - miro al nombrado.

—Golpear a un menor, atacar a un Omega, tratar de matar a más de una persona... ¿Vemos las cámaras?.

Ambos mayores miraron una dirección, lo que aprovecho el azabache para tomar a la chica y subirse a la moto con prisa para irse, lo lograron aun con gritos de los padres detrás, no fueron muy lejos pero si lo suficiente como para parar en un parque para tomar un poco de aire.

Miro las manos del chico el cual temblaba y respiraba agitado a igual que ella, podía sentir el miedo y coraje del Omega en ella habrá cierto punto, el le dirijio la mirada que lo decía todo, estaba asustado pero feliz de verle.

—¿Vamos a casa?. - le dio el casco con una suave sonrisa.

Asintió, tomo el casco y se lo coloco, abrazo al chico por la cintura mientras esté conducía por las calles, sintiendo tanto alivio como dolor en el, alivio por ver que ella está bien junto con el, dolor por que desearía haber echo eso por ella cuando se entero de eso.

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Feliz San Valentin gente. ^^

¿Amor o Confusión? // Mr.Phissa / Missafer / ¿Phissafer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora