𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏.

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[03 de mayo de 2024]
_Argentina, Buenos Aires_
_Día uno_

Matías Recalt, un chico de veintidós años se encontraba sentado en su cama mirando las noticias, en donde decían que había una nueva gripe por todo el planeta que afectaba severamente a los seres humanos, por lo que se tenía que mantener precaución.

"¿Otra vez mirando eso, chiquito?" ese era su esposo, Enzo Vogrincic, se conocían desde que Matías tenía dieciséis años, Enzo había sido su profesor durante dos años seguidos.

"¿Vistes que ya Brasil cerró su frontera?" había ignorado la pregunta de su esposo, el tema de la nueva gripe tenía a Matías preocupado.

"Matu, es solo una simple gripe, no es como una película que aparecen zombies o algo así" le contestó el mayor mientras que sonreía con burla, se sentó a su lado y apagó la TV, eso no logró que el estado de Matías cambiará.

"¿Y si pasa algo así? Estamos en la mierda Enzo, yo no duraría ni un día" había dicho mientras que miraba los ojos marrones del mayor, este tan sólo acarició su mejilla y sonrió con ternura.

"Chiquito, si eso pasará yo te protegería hasta la muerte" dicho eso besó los labios de su esposo, lo cual el menor correspondió con mucho gusto.

Pero su beso fue interrumpido por un golpe en la ventana, lo que asustó a Matías, que pegó un pequeño salto en su lugar.

Enzo por otra parte se acercó y abrió la cortina, era plena tarde afuera por lo que los rayos del sol pegaron directamente en su cara, logrando que se tapara los ojos con una mano.

Una vez su vista se acostumbró pudo ver por el delgado vidrio lo que era una mancha de sangre.
Se hastío por la vista que tenía, Enzo suponía que debía ser la sangre de algún pájaro.

"¿Que pasó allí?" Preguntó Matías desde la cama, con visible tonalidad de preocupación.
Enzo tan sólo cerro de nuevo la cortina y se alejó unos pasos cuando se escucho de nuevo un estruendo en el vidrio.

"¡¿Que mierda pasa?!" la pregunta y la tonalidad de Matías hicieron que Enzo se pusiera nervioso, volvió a mover la cortina encontrando que las aves se estaban desplomando, caían desde muy alto y se golpeaban contra las ventanas y el suelo, creando una escena macabra.

Era sangre por doquier, y Enzo no vió venir el gran pájaro que se estrelló contra el vidrio, logrando quebrarlo en miles de fragmentos.

"¡Mierda! ¡Enzo!" Matías se acercó lo más rápido que pudo a su esposo, que estaba tirando en el suelo enfrente de la rota ventana.
Ellos estaban en el quinto piso y si se acercaban mucho al borde caerían por el.

Matías trató de mover a Enzo hacia atrás, tratando de que este no se acercará mucho al borde.
Pero le era imposible por el peso del cuerpo desmayado y también contando la diferencia de altura que tenían entre ellos le sería muy difícil moverlo.

"¡Desperta, carajo!" Matías estába dando pequeños golpes en la herida mejilla del mayor.
Pero este no se despertaba y Matías se desesperó, fue hacia la pequeña cocina y llenó un vaso con agua.

Volvió a donde estaba el cuerpo y le tiro el agua en la cara, Enzo entonces se despertó, casí cae hacia abajo si no fuera porque Matías era más rápido y lo arrastró hacia atrás.

𝐕𝐢𝐫𝐮𝐬 𝐀𝐦𝐨𝐢𝐛𝐞 𝐗-𝟏𝟎𝟒 | 𝐌𝐚𝐭𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora