Y que después de todo, eres lo primero que pienso al cerrar los ojos para pedir un deseo.
Y nadie entiende que después de tantas lágrimas desperdiciadas por ti aún siga sonriéndole a la pantalla con cada conversación tuya.
Después de miles de discusiones, enfados, arrepentimientos, peleas, sonrisas, abrazos, besos, insultos, odios, sigo siendo débil ante tus palabras bonitas.
Y volveré a caer en lo mismo, a dejar de quererme para quererte a ti.
Y volveré a llorar con cada decepción.
Y volveré a seguir intentando que no te alejas de mí.
Y fracasaré en cada intento de hacerte feliz.
Y volveré a encerrarme en mi misma con cada pelea.
Y volveré a apartarme del mundo tras cada discusión.
Y volveré a salir adelante con el apoyo de quienes me quieren.
Hasta que aparezcas de nuevo tú.
Tú y tu jodida sonrisa, esa que me tiene tan perdida.
Y volveré a incumplir la promesa de no caer en tu juego.
Y volveré a gritar de rabia por haberte querido.
Y la gente me llamará idiota por volverte a querer.
Y a fin de cuentas tendrán razón.
No soy distinta de aquella idiota que te quería.