Juro que te había olvidado,
Juro que te perdoné hasta lo imperdonable con tal de no volver a verte.
Pero tuviste que aparecer así de repente a como aquél día en secundaria, cuando con una sonrisa hiciste brillar mis ojos, cuando la tuya se formó en...
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"Cambiamos... Yo cambié Tú cambiaste demasiado, nuestros intereses se fueron por polos muy opuestos."
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Dos semanas después...
Habían pasado días agitados desde aquél extraño encuentro con el señor Min.
Un día después de lo sucedido le preguntó el nombre de él a su jefe. Vaya, el hombre lo conocía a él, pero él no sabía ni se imaginaba quién podría ser. Cuando escuchó su nombre divagó en el limbo de sus recuerdos, susurrando su nombre repetidas veces como si por arte de magia recordaría, cabe recalcar que luego de todo ese tiempo aún seguía sin recordarlo.
Min Yoongi.
El nombre no le sonaba de nada, aquél hombre le había dicho que lo lastimó cuando era un niño ¿Pero como coño iba a recordar quién era? Habían muchos chicos en aquella secundaria, él junto a su grupito de amigos se habían encargado de humillar a cada uno de ellos.
Pero al único que recordaba con claridad era a uno solo... Aquél chico...
¡No, no podía ser él!
Agitó su cabeza en busca de concentración, cada día se la pasaba pensando en quién era ese hombre que lo había hecho sentir de esa manera, con tan sólo su presencia, con tan sólo su mirada hacía que su cuerpo respondiera ante él, no sabía porqué. Muchos hombres habían querido pasarse de listos y lo habían querido manipular con tal de tenerlo. Pero Min no lo había manipulado, él solamente con su actitud dominante lo había hecho caer.
—Park, necesito que lleves estos papeles a Min.
La voz de su jefe lo sacó de toda ensoñación y pensamiento y al escuchar su nombre sintió una corriente eléctrica recorrer toda su espina dorsal.
—¿C-cómo?
Rogó haber escuchado mal, rogaba que aquello no estuviera pasando y que no tuviera que volver a estar en el mismo espacio y radar de ese hombre desquiciado.
