Extra 2

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Su hija era su vida, era la niña de sus ojos, era su princesa

Conocer a su esposa fue lo mejor que le pudo haber pasado en la vida, estaba eternamente agradecido por haberle dado a aquella princesa que le decía papá

Pero su mundo se partió en pedazos cuando su esposa tuvo un infarto, según los doctores fue por un sobreesfuerzo y el golpe de estrés

Habían mil razones para darle una justificación

El trabajo, conflictos con algún familiar, una fuerte discusión, etc.

Pero no, el tuvo que echarle la culpa a su princesa... a su hija

No podía verla a los ojos sin pensar que por su culpa la mujer de su vida murió

¿Que culpa tenía?, era solo una niña pequeña

Haciendo sus maletas se fue a su país de origen, regresó a Italia queriendo alejarse de quien "mató q su esposa"

Aunque pasaran los años el no quería hacer una vida nueva aunque cambió mucho

Hizo ejercicio volviendo a adoptar la figura que poseía cuando era más joven

Se tiñó el pelo, rejuveneció bastante

Entró a trabajar como uno de los mejores abogados del país

Viajaba de vez en cuando, conoció a muchas personas

Le iba bien

Pero mentalmente estaba mal, le seguía atormentando pensar en su hija

Fue a un terapeuta, solo ahí comprendió de la estupidez que hizo, solo ahí pudo darse cuenta que abandonó a su pequeña hija

Decidió regresar a Japón, quería volver a ver a su hija, fue una suerte que tendría que viajar a allá por el tema de una adopción y herencia de una señora, sonaba un tema tonto pero al oír el transfondo el tema se tornaba más serio

Los primeros días estuvo acordando los temas legales y testamento de aquella mujer viuda muy mayor

Cuando murió, como el hombre correcto y dedicado que era en su trabajo fue hacia la dirección de aquel chico, la señora Álvarez pidió en su testamento que Shinichiro Sano se hiciera cargo de Izana y Emma

Acomodando su traje tocó la puerta y esperó a que fuera abierta

—¿Puedo ayudarle en algo?— preguntó una chica con amabilidad

Sus ojos se abrieron bastante, de la sorpresa incluso olvidó como respirar

Debía ser una rara coincidencia, pero aquella chica era la viva imagen de lo que recuerda de su hija

Era ella, estaba muy seguro que aquella chica era su hija

Al darse cuenta sobre como ella lo miraba, tosió llevando su puño a su boca, recuperando una postura seria

—Di-disculpe— se disculpó peinando sus cabellos negros hacia atrás —¿se encuentra Shinichiro Sano en casa?—

—Claro, ¿gusta pasar y esperarlo?—

—Si no es mucha molestia, si—

Se hizo paso dejándolo entrar, miró con curiosidad la sala y los cuadros de las fotos que colgaban en las paredes

Fotos de ella con Shinichiro desde jóvenes hasta ahora, fotos de cuadros con amigos, fiestas de cumpleaños y de un pequeño niño de cabello rubio y ojos negros

Padre adolescente soltero |Shinichiro Sano × Lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora