~Camino Fácil~ Enzo x Matías

Mentira

Enzo se sentía abrumadamente observado, pero no de una mirada dulce, si no de una fija, tuvo el presentimiento de que esta mirada era habitual, pero no se habría dado cuenta por estar al 100% con su chico...

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La actuación había terminado, los muchachos lloraban de felicidad, se habría terminado el rodaje de la película, faltaba solo editarla, dentro de dos meses aprox les decían que estaría lista, por el momento, solo estaban todos los actores, personas que aparecieron solo una vez, hasta los chicos que prevalecieron hasta el final de la película, todos abrazándose, saltando, felices, se extrañarían, pero también era una experiencia importante.

Enzo estaba feliz, saltando con los demás muchachos, sentía que la mirada de Agus había cesado, él estaba celebrando con otro grupo de muchachos atrás suyo, pero sentía que algo le faltaba, no lograba divisar a Matías, creyendo preocupado, que quizás estaba celebrando con los demás, siguió en lo suyo.

Por otra parte, el chico no tenía ganas de celebrar, estaba en su habitación, fumando un vicio incontrolable que tenía, el nunca lo había dejado de hacer a pesar de la intimidad que tenía con Enzo, era como si tuviera voz, y lo llamara cada vez que se sentía estresado, cosa que era siempre.
Toda la habitación tenía un olor agobiante, él claramente bajo los efectos, solo podía llorar, llorar por destrozarle el corazón a Enzo, ya que él tenía planeado volver con su novia, hacía demasiado tiempo no se sentía bien con Male, era una mujer manipuladora, pero sabía que si se alejaba de ella, iba a ser peor.

De pronto, y al pasar el rato, la cama de Matías no solo tenía un papelillo, habían demasiados, había estado horas acabándose la droga, no encontraba satisfacción, quería más, cada vez más.

Por otra parte la celebración había cesado, estaban todos de acuerdo en ir a comer todo lo que quisieran en un bar, la dieta había terminado, pero Enzo, pensando que quizás Matías regresaría a su habitación para cambiarse lo decidió ir a esperar allá.

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El sonido de la puerta no le importaba a Matías, estaba tan fuera de este mundo que ya no sentía ningún ruido, solo le alertó la figura de un hombre grande, frente a él, pero ni se inmutó en moverse, sus ojos que en un momento cruzaron con los de Enzo, se habían vuelto a clavar en el techo.

-Que haces...- Preguntó Enzo desconcertado.
No hubo respuesta.
-Mati, que haces-No volvió a haber respuesta.

Enzo entonces le quitó el pucho que tenía en su mano con todas sus fuerzas, dejándole un rasguño notable, pero el joven ni se inmutó en protestar, estaba fuertemente drogado por lo efectos de la marihuana.

-Mati, porque haces esto- Gritó Enzo, enojado, como si quisiera llorar.

-Estoy muerto, Enzo- Dijo bajo Matías con una voz ronca.-No estoy bien...- Dijo el sin siquiera pensarlo.

Enzo, que ya tenía un pequeño río saliendo de sus ojos, le tomó la cara con las dos manos, intentando que lo mirara.

-Me mentiste entonces, eh nene?- Dijo Enzo fingiendo una sonrisa mientras no se podía contener más.

-Te mentí todos estos meses, todo lo que salió de mí eran mentiras, soy una mentira?- Dijo el muchacho, sacando una sonrisa sarcástica, con la misma voz ronca sin despegar los ojos del techo.

-Esta no es la manera Mati, salgamos de esto los dos si? No te quiero dejar solo- Dijo Enzo un poco esperanzador.

-Yo si quiero que me dejes solo...- Estaba completamente ido.

Enzo no sabía si esas palabras eran reales o no, después de todo, estaba bajo los efectos de la droga.

-Yo no te amo Enzo, dejame hacer mi vida tranquilo- Dijo Matías, quien por fin se dio vuelta a mirar a Enzo, quien estaba completamente destrozado.

Se sentía culpable, por no haberse dado cuenta de esas mentiras antes, aunque la de que él no lo amaba, le costaba creerla.
Destrozado, abrazó a Matías había dejado de llorar, pero no se quería despegar de él, realmente estaba enamorado del muchacho.

Por otra parte, Matías estaba perdido, destrozado, porque la última palabra que soltó era una mentira, él estaba enamorado, pero no sabía qué hacer, tenía miedo, demasiado miedo.