Era una mañana fría cuando Silvia Navarro, una arquitecta bastante bella abrió los ojos.
Se tallo los ojos y prendió su celular para ver la hora ya que no había escuchado el despertador, se sobresaltó al ver que eran las 7:30am y tenía que ir a una reunión de trabajo.
rápidamente se levantó y se dió una ducha, se puso una falda negra que resaltaba su silueta con una blusa blanca y un abrigo, dejándose el pelo suelto.
Bajo a su cocina y solo tomo una manzana tomo sus llaves y se subió a su coche, abrió el portón de su casa con el control pequeño que llevaba siempre dentro.
Salió a toda prisa, la reunión era a las 8:20am
y tenía que tener una buena presentación, obviamente no podía llegar tardeiba en una carretera, y justo en ese momento vio que el semáforo cambió de verde a amarillo, no podía perder su tiempo y piso el acelerador
lo que no vio era que el semáforo ya había cambiado a rojo, no se dió cuenta cuando un motociclista salió de la nada, arrollandolo
Se maldijo y bajo rápidamente de su coche para ver a la persona que había atropellado
—Lo siento mucho señor discúlpeme-dijo mientras lo ayudo a levantarse-de verdad fue mi culpa no lo ví, me salte el semáforo en rojo.
—No se preocupe señorita, pero fíjese para la otra porque si hubiera ido más rápido capaz y me rompe algo.
—Si si perdón encerio, mire como le dejé su traje-dijo acercándose a él y sacudiendo su saco negro que tenía polvo, pero de los nervios no se dió cuenta de que estaba demasiado cerca y tocándole los brazos.
𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒎𝒊𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒃𝒓𝒂𝒛𝒐𝒔 𝒕𝒂𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆𝒔, 𝒂𝒅𝒆𝒎𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒆𝒏̃𝒐𝒓 𝒆𝒔 𝒎𝒖𝒚 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒕𝒊𝒗𝒐-dijo Silvia para sus adentros mientras se separaba de el.
—Encerio señorita no se preocupe, además si iba a toda prisa es porque tiene algo que hacer, ya mejor no se preocupe y vaya a dónde tenga que ir si no se le hará tarde-dijo con una sonrisa haciendo que se le remarcaran sus hoyuelos.
—La verdad es que si tengo una reunión bastante importante, y espero que acepten mi trabajo porque me esforcé mucho-dijo con una sonrisa nerviosa-asi que le tomo la palabra de irme.
—Esta bien, adiós.
—Adios-dijo mientras corría a la puerta de su coche.
Silvia llegó justo a tiempo a la empresa donde la citaron
subió al último piso y se encontró con su amiga, Perla.—Hola perla, llegué justo a tiempo y no creerás lo que me pasó-dijo mientras se acercaba a darle un abrazo un beso en la mejilla.