maratón (1/2) 14

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«Disculpen todas las malas escrituras que tenía el capítulo 13, ya era muy noche y me sentía muy cansada._.»
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Intentaba callar los gemidos, pero le estaba costando la vida hacerlo, pues Jorge se movía salvajemente en ella, podían escuchar pegar piel con piel, cada que Jorge hacia un movimiento hacia dentro, haciendo un sonido resonante y excitantes para ambos.

Jorge intentaba darle placer también con la boca, besando, chupando y mordisqueando sus pechos, salvajemente.

Sentía entrar y salir su miembro de ella, y eso le encantaba, sentirla tan lubricada para el, era glorioso.

Intentaban besar sus bocas, pero las respiraciones agitadas, se los impedían, pues cada que ellos intentaban besarse les faltaba el aíre.

Podían escuchar aparte de su piel pegar con la otra, sus respiración agitadas, sus gemidos, los jadeos y hasta los quejidos de dolor, que daba aveces Silvia.

Silvia le apretaba fuertemente los brazos a Jorge, enterrando le las uñas, veía que cerraba los ojos y se mordía los labios, hasta dejárselos en un color pálido. Sabía que le dolia un poco, por lo brusco que estaba siendo, pero que también lo estaba disfrutando.

Silvia pegó un grito fuerte, que fue el detonante del orgasmo, a lo que Jorge correspondió con un fuerte y satisfactorio gemido, que sonó más a un gruñido; cuando sintió un espeso liquido bajar por toda la longitud de su miembro aún erecto.

—Ohh Dios... Jorge... Para...-pedia.

—Segura.-respondió con picardía.

—No.-dijo Silvia, con un hilo de voz, cerrando los ojos.

Jorge sonrió con malisia, y detuvo un instante sus movimientos, quedándose quieto y observándola, con la respiración totalmente agitada, con el corazón latiéndole al mil.

Hizo un movimiento hacia atrás saliéndose de ella; con la punta de su miembro hizo círculos en la entrada de ella. Haciéndola arquearse de placer, levantaba la espalda de la arena, mordiéndose el labio inferior. Llegó un punto donde Silvia sentía tan excitación, que ella misma se dio placer en sus redondos y bonitos pechos, apretándose lo y agarrando entre dos dedos su endurecido pezón.

—Joder... No mames... Que delicia de mujer tengo.-gimio Jorge, acercándose a su boca, para introducir su lengua.

—No puedo más... Aaaaa... Jorge... Joder.-gimio Silvia.- precioso...mmm.-muerde su labio, para callar los quejidos.

Jorge volvió a introducir todo su miembro en el interior de ella, llegando lo más profundo de donde se lo permitía Silvia, pues ya no podía ir más adentro. Soltó un fuerte gruñido, vaciándose en ella. Llegando al orgasmo junto a ella, sintiendo que el mundo desaparecía, solo era su mujer y el junto con la naturaleza y el hermoso sonido que hacía la cascada al caer al suelo.

—Ahhh.-solto un suspiró de satisfacción, mientras que Jorge se acostaba encima de ella«aún erecto, apesar de que ya habia terminado dentro de ella aún se sentía excitado» se hundió entre su hombre y cuello, tratando de regular sus respiración. Cuando ya todo volvió a la normalidad.

Jorge alzo haberla a los ojos y sonrió dándole un beso en la comisura de sus labios, mientras Silvia le acariciaba el brazo.

—Te amo.-expreso con amor.

—Yo te amo a ti, mucho.

—Me encantas muchísimo, gracias por estos momentos tan único que pasó a tu lado.-se le quedó viendo a los ojos y luego a sus pechos.- Que bonitas.-Silvia guío sus ojos hacia su propio cuerpo y sonrió.-Desde ahora en adelante son mis mejores amigas, mis amigas inseparables.-bajo un poco su torso para alcanzar los pechos de Silvia y besarlos; chupando su seno izquierdo, haciendo un sonido excitante para ambos, está gimió sutilmente y vio cuando el descendió hacia su otro seno para hacerle lo mismo, haciendo que su pezón se endureciera en su boca.

una simple coincidencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora