Maldita seas Patricia solo vienes a joderme la vida, como te odio, maldita sea.-dio un golpe en el marco de la puerta.
Se sentía mal, porque le había mentido a Silvia, tenía la oportunidad de haberle dicho que eran esposos, pero era una completa estupidez, Silvia acabaría por enojarse, terminar con el y mandarlo al demonio y peor aún dejarle de hablar, tenía miedo tenía que admitirlo. La ama y no quería hacerle daño, pero también se puso a pensar que tarde o temprano lo haría, tarde o temprano la lastimaría, pues ella se iba a enterar de su matrimonio. Se sintió más triste y más culpable.
Por un lado Silvia había salido de la cañaba, fue hacia una pequeña terraza que había en el lugar, estaba hipnotizada viendo solo hacia un punto, pensaba una y otra vez la reacción tan tonta que había tenido con jorge, luego se sintió mal por haberle gritado, pero tenía que admitir que la reacción de jorge la había hecho pensar.
Siento como que alguien la observada y volteó, era Jorge, estaba parado y a recostado en el marcó de la puerta, la veía en silenció, como tratando de hablarle, pero como que a la vez tenía pena, miedo.
Ella lo miró y le sonrió y entonces el se armó de valor para hablarle.
—Hola.-le dijo el a penas audible.
—Hola mi precioso.-respondió con voz amable. El sonrió.
—Estas enojada.-quiso saber el. Ella se acercó a él y lo abrazó fuertemente, dándole un beso en la mejilla.
—Disculpame mi amor, no quería gritarte de esa manera, disculpame¿sí?.-Le dijo ella con voz temblorosa. El la agarró por la cintura y la atrajo más hacia su cuerpo.
—No te preocupes mi amor, fue una reacción totalmente normal, fue un impulso, seguramente si hubiese sido al revés, quizas hubiese tenido la misma reacción. Te amo y lo menos que quisiera es lastimarte te lo juro.-le dijo el volviéndola a abrazar, se le salió una lágrima al instante, ella lo miró y jorge se limpió rápidamente, pero Silvia había visto su reacción.
—Me siento mal, te juro, no quería gritarte fui una tonta, gritarle al que consideró el amor de mi vida por una estupidez, te amo mi precioso y disculpame por favor.-le acarició la mejillas.
—Ya no te preocupes por eso mi amor, ven vamos a bañarnos.-le pidió Jorge.
—No pero dime qué me disculpas, o seguiré sintiéndome mal.
—Es que no tengo nada de que disculparte mi amor, pero esta bien, te disculpó.-le dio un beso y ella por impulsó se lanzó a él, haciendo que el la cargará, él la agarró por la espalda baja. el beso ya no era tierno, sino provocador, pues ella metió su lengua en la boca de él y empezó a dar delicados roces en el óvulo de la oreja de él, y eso a Jorge lo estremeció haciendo que bajará sus manos y la cargará por las pompas, siguieron besándose, el hizo un movimiento con su lengua en la boca de ella y esta le gustó que gimió sutilmente, a Jorge le encantó y siento que su parte íntima iba reaccionado, ella sintió un leve movimiento entre sus piernas y sonrió. Jorge dejo de besarla y habló.
—Carajo, por que eres tan jodidamente sexy.-le preguntó-. Si le cumplirás a mi amiguito verdad, tu causaste esto.-ella río.
—Ay, yo por que?.-Pregunto ella risueña-. Si no hice nada, tú amiguito que no aguanta nada, con un besito se despierta.-le dijo ella en risas.
—Y al parecer solo pasa contigo. Es que a él también le gustas, le encantas.-le dijo jorge guiñándole un ojo y dándole un suave beso en los labios.
—Y me encanta que sea así. Oye mi amor me bajas, porfis.-le pidió ella-. Jorge la bajo y la vio quitarse la camisa, quedándose ella solo en ropa interior.