Tu peor maldición: mi más dulce sufrimiento

Capitulo 5

Javier

Fui con la señora Viviana y con Samuel a su casa, era muy bonita. La sala era amplia y de un color blanco que combinaban con los muebles color crema, era una casa acogedora. Cuando llegamos nos sentamos en la sala a hablar y a comer unas galletas de chocolate con una taza de café, Samuel no se veía interesado en hablar, solo comía una que otra galleta, así que la conversación fue mayormente entre su madre y yo, mientras su padre estaba cocinando la cena, olía delicioso.

—¿Y cuántos años tienes? —preguntó Viviana tomando un sorbo de su café.

—Tengo 17 años.

—¿En serio? —repicó Viviana —te ves más joven, pensé que tenías 15 años.

—Si, a pesar de mi altura mi aspecto es de alguien un poco más joven.

—A comparación tú te ves más joven que Samuel —dijo con un tono burlesco —él parece un viejo a pesar de tener 16 años.

Ambos nos reímos. Sin embargo, Samuel cada vez me veía con una cara de desprecio más grande que la anterior.

—Me voy a mí cuarto —dijo Samuel con una voz suave —no me interesa esta conversación, además quiero leer los libros que traje.

Su madre solo asintió con la cabeza.

—A propósito Javi ¿Qué libros estabas buscando en la biblioteca?

—Estaba buscando unos sobre el mundo, a mi madre le encantaba viajar y leer, se ha sentido un poco mal y debe guardar reposo, así que yo le consigo esos libros para que se distraiga.

—Mmm ya veo.

—¿Le puedo hacer una pregunta señora Viviana? —le pregunté con un tono serio.

—Claro, pregunta lo que quieras.

Me daba mucha pena preguntar, pero era una duda que me carcomía por dentro desde que la mirada de Samuel y la mía se cruzaron en el café.

—¿Por qué Samuel es así?

—Es una larga historia —tomó de su café —pero te la voy a contar porque siento que estás interesado en ser amigo de Sam.

—Si, estoy interesado en ser su amigo —le sonreí —¿Pero no comprendo por qué él es así?

—Aunque no lo creas, tú me recuerdas a él cuando estaba pequeño.

—¿En serio? —le repliqué sorprendido —es difícil creer que alguien como él fuera como yo.

—Si, él cambió mucho, antes yo le decía «mi girasol», el girasol representa la alegría y la felicidad, así era él de niño.

—Entiendo —bajé la mirada —¿Entonces qué le pasó?

—A pesar de su alegría y felicidad casi infinitas, los demás niños creían que Sam era extraño, es por eso que solo tenía un amigo llamado Juan. Ellos dos eran inseparables porque solo se tenían el uno al otro. El día de su cumpleaños número doce, su padre y yo llevamos a Sam y a Juan junto con su madre a una piscina públicapublica para celebrar, solo había unos chicos de secundaria. Sam y Juan estaban muy contentos jugando en una piscina poco profunda porque no sabían nadar. Sin embargo, en determinado momento, su padre, la madre de Juan y yo tuvimos nos apartamos de ellos para buscar la comida y el pastel. Por lo que me contó Samuel, los chicos de secundaria al ver que estaban solos, los comenzaron a molestar diciéndoles «maricas» y «niñas», Juan era como un hermano mayor para Sam, así que les hizo frente a los chicos. No obstante, los chicos de secundaria lo agarraron de manos y pies, se lo llevaron a rastras hasta la piscina más profunda y lo comenzaron a mecercomenzaron mecer hasta que lo tiraron a la piscina. Juan se comenzó a ahogar, estaba batallando para mantenerse en la superficie pidiendo ayuda, aquellos chicos solo se reían, pensaban que era un juego, de repente Juan dejó de luchar y se hundió. Pasado un rato y al ver que Juan no subía, uno de los chicos ahora sí preocupado se lanzó al agua y lo sacó, todos estaban muy nerviosos porque Juan no respiraba. Cuando llegamos, Juan ya estabaestá muerto, cuando fui a buscar a Samuel estaba en shock, él había presenciado la muerte de su único amigo, el que él consideraba como su hermano. Los chicos fueron encarcelados. Perdimos todo contacto con la madre de Juan, ya que ella nos culpa de la muerte de su hijo. En cuanto a Sam, él dejó de hablar por una semana, no importaba que pasara, el solo guardaba silencio.