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aviso este capitulo va a ser mas largo de lo normal
Adriana, una joven estudiante universitaria con un espíritu creativo y soñador, encuentra su inspiración en los rincones más oscuros y olvidados de la ciudad. Por otro lado, Francisco, conocido cariñosamente como Fran, es un apasionado actor atrapado entre las luces de la fama y la búsqueda de la autenticidad en su vida personal.
Adriana caminaba por las calles adoquinadas del barrio de San Telmo, su mochila llena de latas de aerosol y sus manos manchadas de pintura. La energía creativa fluía a través de ella mientras buscaba el lugar perfecto para dejar su marca en la ciudad.
Disculpa, ¿puedo ayudarte con algo? - dijo una voz suave y familiar.
Adriana se giró para encontrarse con un hombre alto y apuesto, con una sonrisa amable en su rostro. Reconoció de inmediato su rostro de las pantallas, era Francisco, uno de los actores más reconocidos del país.
-Oh, hola- respondió Adriana, sintiéndose un poco abrumada por el encuentro. -No, gracias, estoy bien. Solo buscaba inspiración para mi próximo proyecto-
Francisco asintió, observando con curiosidad las latas de aerosol que sobresalían de la mochila de Adriana. -¿Eres una artista urbana?-
-Sí, algo asi- respondió ella tímidamente. -Me llamo Adriana.-
-Encantado, Adriana. Soy Francisco, pero puedes llamarme Fran- dijo él con una sonrisa.
La conversación fluyó fácilmente entre ellos mientras compartían historias sobre sus vidas y pasiones. Adriana descubrió que, detrás de la fachada de fama y éxito, Fran era un alma sensible y comprensiva, con una pasión por el arte que rivalizaba con la suya.
Después de un rato, Adriana miró su reloj y se dio cuenta de lo tarde que era. -Debería irme, tengo clases temprano mañana- dijo con pesar.
Fran asintió, pero antes de que pudiera despedirse, sacó un marcador de su bolsillo y escribió algo en la parte trasera de una de las latas de aerosol de Adriana.
-Si alguna vez necesitas ayuda para encontrar inspiración, aquí tienes mi número- dijo, entregándole la lata con una sonrisa.
Adriana miró el número garabateado en la lata con sorpresa y gratitud. -Gracias, Fran. Definitivamente te llamaré-
La noche envolvía la ciudad con su manto oscuro, pero para Adriana, el encuentro con Fran había iluminado su mundo de una manera que nunca antes había experimentado. Mientras caminaba por las calles tranquilas de regreso a su pequeño apartamento en el centro de la ciudad, su mente estaba llena de pensamientos sobre el apuesto actor que acababa de conocer.
Al llegar a su departamento, Adriana se preparó una taza de té caliente y se sentó en su pequeño balcón, contemplando las estrellas que brillaban en el cielo nocturno. Sacó la lata de aerosol que Fran le había dado y la sostuvo en sus manos, sintiendo una extraña conexión con el hombre que había conocido apenas unas horas antes.