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El viaje a las montañas de Argentina estaba en pleno apogeo. Sofía, Felipe. y sus amigos iban en un carro, con la música a todo volumen y todos hablando y riendo alegremente. La emoción y la anticipación llenaban el aire mientras se acercaban a su destino.
Este viaje va a ser increíble, reee necesitaba esto pibes -exclamó Juani, mientras Agus cambiaba la música para poner una canción aún más animada.
Sí, va a ser genial! paraa quiero re mojarme en la pileta que calorrr -respondió Fran, levantando los brazos en señal de celebración por imaginarse una pileta.
Sofía y Felipe se miraron y sonrieron, compartiendo un momento de complicidad en medio del bullicio del carro. A medida que avanzaban por el pintoresco paisaje, Sofía comenzó a darse cuenta de lo mucho que disfrutaba de la compañía de Felipe.
¿Estás emocionada, Sofi? -preguntó Felipe, acercándose a ella para poder hablar por encima de la música.
Sí, muchísimo! -respondió Sofía, sintiendo cómo la emoción le hacía latir el corazón con fuerza.
A medida que la música seguía sonando y el carro se acercaba a las montañas, Sofía se sentía cada vez más atraída por Felipe. Se daba cuenta de lo mucho que le gustaba estar cerca de él, de su risa contagiosa y de la forma en que la miraba como si fuera lo más importante del mundo.
Finalmente, llegaron a su destino y comenzaron a armar el campamento. Mientras trabajaban juntos, Sofía y Felipe se encontraban constantemente mirándose y sonriendo, compartiendo pequeños momentos de intimidad en medio de la actividad frenética del grupo.
Mientras tanto, Matías estaba ocupado asignando las habitaciones para la noche. Sofía se quedó en una habitación sola porque era la única disponible, pero Juani se acercó a ella y le dijo en voz baja:
Sofi, ¿te importaría si comparto habitación contigo? Tengo un chisme que contarte y necesito tu consejo. - lo dijo Juani
Sofía sonrió y asintió, encantada de compartir habitación con su amigo. Mientras tanto, Felipe observaba la escena con curiosidad, preguntándose de qué se trataba todo el misterio.
Esa noche, mientras se sentaban alrededor de la fogata, Felipe se acercó a Sofía y le dijo en voz baja
Hey, Sofi, ¿cómo estás pasando el tiempo? -preguntó Felipe, ofreciéndole la limonada.
Sofía aceptó la bebida con una sonrisa y le respondió:
Hola, Pipe! Estoy disfrutando mucho, la verdad. Estar aquí con todos ustedes es increíble.
Blas y Esteban, que estaban cerca, comenzaron a hacer bromas y a reírse.¡Deja a Sofía tranquila, Pipe! -dijo Blas, entre risas.
Felipe se unió a las risas, pero no pudo apartar la mirada de Sofía. Cada momento a su lado se sentía especial y único.
Después de que Blas y Esteban interrumpieron la conversación entre Sofía y Felipe, los dos decidieron dar un paseo por los alrededores del campamento. Mientras caminaban, disfrutaban del paisaje y conversaban animadamente.
Este lugar es increíble, ¿verdad? -dijo Felipe, mirando a su alrededor con admiración.
Sí, es realmente hermoso -respondió Sofía, sonriendo-. Estar aquí contigo lo hace aún más especial.
Felipe se detuvo y se quedo sorprendido
Sabes sofi....- se quedo con la mirada baja y pensando que decir
Oye sabes- se corto la conversacion por que luego de eso llego uno de los chicos
¡Chicos, los estamos esperando para la fogata! -gritó Enzo, llamándolos de vuelta al grupo.
El grupo regresó al campamento y se unieron a la fogata, donde continuaron riendo y compartiendo historias. Pronto, alguien propuso jugar a verdad o reto.
¡Vamos a jugar verdad o reto! -exclamó Agus, emocionado.
Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a jugar. Cuando llegó el turno de Sofía, uno de sus amigos le lanzó un reto.
Sofía, te reto a que beses a Blas -dijo, provocando risas entre el grupo.
Sofía se sintió incómoda con la idea, pero antes de que pudiera responder, Felipe intervino.
Todos se quedaron sorprendidos por la declaración de Felipe. Sofía sintió que su corazón latía con fuerza, emocionada por lo que acababa de decir.
Felipe se acercó a Sofía después de sacarla del juego, cuando estuvieron a solas.
Sofía lo miró expectante, preguntándose qué más podría tener él para decirle. Felipe tomó una respiración profunda y continuó.
- Sofía, desde que te conocí, mi vida ha tomado un rumbo completamente diferente. Eres más que especial para mí, eres mi inspiración, mi alegría y mi motivo para querer ser mejor cada día. Cada momento a tu lado es un regalo que atesoro con todo mi corazón. No puedo imaginar mi vida sin ti, sin tu risa contagiosa, sin tu forma única de ver el mundo. Eres la persona con la que quiero compartir todos mis momentos, los buenos y los no tan buenos. Quiero estar a tu lado en cada aventura, en cada desafío, en cada alegría y en cada tristeza. No quiero perder la oportunidad de estar contigo, de amarte y de ser amado por ti. Sofía, ¿quieres ser mi compañera de vida, mi amor eterno, mi todo?
Sofía sintió que las lágrimas de emoción asomaban a sus ojos mientras escuchaba las palabras sinceras y apasionadas de Felipe. Sus sentimientos por él se habían vuelto más profundos con cada día que pasaban juntos, y en ese momento supo que no quería estar con nadie más que con él.
- Felipe, eres el hombre más maravilloso que he conocido. Estoy tan agradecida de tenerte en mi vida. Cada día a tu lado es un regalo para mí también. Quiero estar contigo en cada paso del camino, compartir nuestras alegrías, apoyarnos en los momentos difíciles y construir juntos un futuro lleno de amor y felicidad. Sí, quiero ser tu compañera de vida, tu amor eterno, tu todo.
Felipe la abrazó con fuerza, sintiendo una oleada de felicidad y alivio al escuchar su respuesta. Sabía que este era solo el comienzo de su historia juntos, y no podía esperar para ver lo que el futuro les deparaba. Juntos, se quedaron allí, abrazados bajo las estrellas, sabiendo que estaban destinados a estar juntos para siempre.
