N/A: Basado en la escena del capítulo 10 del anime (no se cual sería del manga) y el capítulo 27 de la NL, pero con un ligero cambio.
...
Jinshi escuchó las deducción de la boticaria sobre lo que sucedía en el palacio de Granate, algo que él había intuido por la herida del brazo de la dama principal de compañía, Fegming, pero que una confirmación de esa mente tan hábil le indicaba que iban por buen camino, solo faltaba terminar de unir unas cosas, aunque eso se lo confiaba por completo a ella.
Por eso le había "ordenado" a Mao que fuera a trabajar al palacio Granate, ella serviría como sus ojos y oídos, su confianza por ella era absoluta, porque la boticaria le había demostrado total lealtad en cada uno de los casos y peticiones que le había hecho.
—Tiene fundamento.
Jinshi tenía que esperar a que la boticaria terminaría por averiguar las cosas, pero hasta el momento todo parecía ir bien. La boticaria era un respaldo que había relajado su trabajo en el palacio interno, podría confiarle misterios o casos a resolver y él ocuparse de otras cosas, el tenerla ahí era un gran acierto. No iba a decirlo, pero debería recompensarla más por hacer trabajo que no la involucraban, a fin de cuentas era una simple catadora de venenos. Sus ojos bajaron al frasco de miel con el que había endulzado su té y una idea abrupta llegó a su mente. Quizá si había manera de recompensarla por su arduo trabajo o eso es lo que Jinshi pensó para justificarlo, cuando la realidad era para su deleite personal.
La boticaria era la mujer más complicada y diferente que había conocido, considerando que toda su vida había sido acosado por el sector femenino y por algunos eunucos, él que ella no callera a su encanto, que repeliera cada acto agradable o coqueteo y que en cambio lo mirara con repulsión, despertó su curiosidad de saber hasta que punto esa actitud desagradable llegaría, si era capaz de ponerla nerviosa o causar algún otro sentimiento positivo. Una sonrisa juguetona brotó de sus labios sin contenerse y levantó sus ojos, observándola fijamente.
Se levantó con el tarro de miel en la mano y se acercó con pasos largos hasta detenerse enfrente suyo, lo cual la boticaria detectó demasiado tarde. La vio estremecerse, claro que sabía que el tramaba algo.
—Una chica tan capaz merece una recompensa digna.
—No, gracias, estoy bien. —Ella se estremeció más evidente y aquello solo despertó más el interés de Jinshi.
—No seas tímida, será un placer dártelo.
Mao solo vio como la sonrisa del Eunuco se incrementaba y un escalofríos recorrió su cuerpo con violencia, mientras retrocedió un paso en un intento desesperado de poner distancia de aquel hombre con su sonrisa nectárea.
—¡No lo quiero, dásela a otra persona!
Mao retrocedió más, pero Jinshi la siguió determinado a lograr su cometido, quería lograr un poco de nerviosismo en la boticaria, quería molestarla, probar sus limites y el administrador del palacio estaba disfrutando su actual comportamiento.
De pronto Maomao chocó con la pared y el sentimiento de sentirse atrapada sin oportunidad de escape la aturdió. Jinshi se detuvo enfrente suyo, con esa sonrisa de ninfa celestial perversa.
—¡Maestro Gaoshun!
El hombre, asistente de Jinshi pudo escuchar la voz de suplica de la boticaria, pero centró su atención en el paisaje fuera de la oficina. Había visto la mirada de Jinshi, sabía que quería divertirse. Por lo que decidió permitirlo, además que él no tenía autoridad de detenerlo o quizá Gaoshun simplemente quería evitar intervenir en una situación tan complicada.
A fin de cuentas era un simple ayudante del administrador del palacio y si él quería jugar un poco, lo permitiría.
Mao lo maldijo interiormente al verse ignorada, prometiendo darle un laxante.
Jinshi sonrió al ver que ella no podía escapar, que la tenía donde él quería. Se inclinó hacia ella, dispuesto a darle un poco de esa miel en los labios. Jinshi hundió los dedos en la miel, disfrutando encantado de las reacciones de la boticaria, era la primera vez que reaccionaba tanto ante él, lo estaba disfrutando en grande.
—¿No te gustan las cosas dulces? —Utilizó su voz más inocente que pudo.
—Prefiero los sabores picantes.
—Pero puedes soportarlas ¿no?
Jinshi la vio mirar la puerta con decisión, como si planeara un escape estratégico, lo cual solo aumentó su diversión y el éxtasis que sentía ante la escena. Se inclinó más hacia ella, podía ver su resistencia a la situación, que se oponía a ceder ante él y el juego que estaba disfrutando, lo cual elevó aún más su sonrisa. Sabía que era cuestión de no demostrar que había ganado y aferrándose a conservar su dignidad.
La vio cerrar los ojos, perturbada por la situación, Jinshi por fin tocó los labios con los dedos llenos de miel y para su sorpresa ella abrió la boca, recibiendo aquella sustancia dulce. Jinshi introdujo sus dedos y de pronto sintió la lengua de Maomao lamiendo, deshaciéndose de la miel y saboreándola. La sonrisa en su cara desapareció y una de profunda sorpresa la remplazó.
Mao decidió que era mejor terminar con eso rápido, la miel era lo suficiente dulce y agradable, no era cualquier miel, sino de la mejor calidad.
Jinshi sintió una sensación agradable y cálida ante los movimientos de la lengua, movimientos expertos, mandando ondas de calor a una parte en específico. De pronto Maomao por fin terminó de limpiarlo, abrió los ojos aún con los labios separados y con uno de sus dedos se limpió un poco de miel que había quedado en la comisura de sus labios, esto sin dejar de mirarlo.
Un estremecimiento violento llenó el cuerpo del hombre cuando el calor que había sentido anteriormente se intensificó al ver esos ojos penetrantes observándolo con una expresión de autosuficiencia. Fue consciente de los latidos fuertes e incontrolables en su pecho cuando las fantasías vinieron a su mente y fue evidente por el color carmín en sus mejillas.
Desvió la mirada avergonzado y nervioso, intentando parar sus ideas y sintiéndose aún más sofocado al ver a la boticaria tan tranquila, como si no fuera consciente del caos que despertó en el interior del administrador del palacio.
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Elixir de luna llena
FanficÉl sabía que debía alejarse de los brebajes que podrían marcar el final de tu vida, sin embargo, cuando él sintió su presencia embriagadora y capaz de detener su propio corazón en el más exquisito de los venenos, él decidió que esa podría ser una bu...